Del trabajo a la pasión

Los líderes nunca tienen trabajos, ellos tienen asignación en sus mentes, todo líder tiene escondido en su propósito su pasión; así usted tendrá el enfoque motivador para realizar y llegar a alcanzar las metas que desea. Elegir en la vida no debería ser difícil, pero en realidad sí lo es. Nuestro corazón es como un jardín, muchas personas que están alrededor pueden sembrar malezas, y otras, bellas flores; nuestro trabajo es reconocer la diferencia. Si queremos ser personas en las que Dios quiere confiarnos mayores medidas de favor y unción para realizar nuestro propósito, debemos saber que siempre atraeremos a los necesitados. Las necesidades de las personas pueden resultarnos extremadamente apremiantes, y esas presiones expondrán los lugares de nuestro corazón, que se preocupan por cumplir las expectativas de los demás que por hacer lo que Dios quiere. Si queremos disfrutar nuestro destino vamos a encontrar que debemos superar las distracciones y voces del enemigo que tratan de jugar con nuestros miedos. Una persona apasionada no solo hace, sino que siente lo que está haciendo y es esto lo que le motiva e inspira. Las personas que tienen un trabajo normal empiezan a las 8:00 de la mañana y terminan a las 5:00 de la tarde. Su trabajo es una función que hacen, pero no da aporte a la humanidad o a los demás; la pasión fue hecha para nuestro destino, “Deléitate asimismo en Jehová y él concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4). La pasión se puede definir como un deseo profundo; si usted quiere ir tras un sueño no se puede sentar y esperar que eso sea fácil, la pasión es un anhelo. Nunca podrá ser un líder exitoso a menos que tenga una necesidad interna por hacer y lograr algo en la vida. La pasión hace que usted se conecte del pasado hacia el futuro.