Coma bien y ahuyente el cáncer
Se ha comprobado científicamente que una alta ingesta de grasas saturadas en la dieta aumentan en un 13% el riesgo de padecer esta enfermedad
SAN PEDRO SULA. Se ha comprobado científicamente que una alta ingesta de grasas saturadas en la dieta aumentan en un 13% el riesgo de padecer cáncer de mama. El ginecólogo, oncólogo y mástologo, José Palomo, afirma que esta enfermedad se relaciona directamente con una dieta rica en azúcar, alimentos refinados, grasas y proteína animal. “Además hay otros factores que también aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama como el tener la primera menstruación a una edad temprana, llevar una dieta rica en azúcar, alimentos refinados, grasas, carne, el consumo de tabaco y alcohol. Al igual que una vida sedentaria y una menopausia tardía, así como los altos niveles de estrógenos en la sangre”, dijo Palomo. Por lo que una buena alimentación es clave para prevenir esta enfermedad. Según explica el experto una ingesta abundante de fibra procedente de las verduras se ha relacionado con una reducción de un 10% en el riesgo de padecer cáncer de mama. Debe incluir en su dieta cebolla, ajo, lino, algas, setas, cereales integrales, sésamo, aceite de oliva extra virgen, cúrcuma, jengibre, perejil, té verde, granada, cítricos, manzana, frutos rojos, me- locotón y vino tinto, entre otros alimentos. “Es importante la ingesta de cinco tazas de frutas y verduras al día y a la vez es necesario eliminar algunos alimentos de más alto contenido graso (por ejemplo, las comidas fritas y la margarina) y poco a poco reducir la cantidad de grasa que se come”, agregó Palomo.
El apoyo familiar es fundamental Para un paciente con cáncer modificar sus hábitos alimenticios es una necesidad y el apoyo de la familia es básico durante este proceso para que pueda sobrellevar el tratamiento lo más fácil posible, ya que esta enfermedad afecta a todo el núcleo familiar. El paciente también debe enfrentar una serie de tratamientos como la radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal, terapia biológica ( inmunoterapia) o alguna combinación de tratamien- tos. “Todos estos procedimientos matan las células del cáncer, pero en el proceso se dañan también algunas células saludables. Este efecto dañino es lo que causa los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer como: pérdida del apetito, dolor en la boca o en la garganta, resequedad bucal, problemas dentales, náuseas, vómito, diarrea, estreñimiento, sensación de cansancio y depresión”, puntualizó el experto.