Peso de un reportaje
Una investigación periodística reveló que el congresista republicano Tom Marino habría recibido dinero para su campaña a cambio de impulsar una ley favorable a la industria de opiáceos, lo que le costó su nominación como zar antidrogas estadounidense. The Washington Post y la cadena de televisión CBS publicaron una investigación sobre el posible papel de Marino en los cambios legales que en abril de 2016 propiciaron que la agencia antinarcóticos (DEA) perdiera poder en el combate contra los opiáceos. El prestigioso diario publicó el 15 de octubre pasado que la industria que produce las píldoras, que ha causado miles de muertes, habría apoyado con más de un millón de dólares las campañas electorales de congresistas, incluyendo a Marino. El año pasado, 60,000 personas perdieron la vida por el consumo de opiáceos en Estados Unidos. El 60% se debió a la heroína y sus derivados, mientras que el resto correspondió precisamente a los opiáceos por prescripción. Una industria que ha crecido desde los años noventa, triplicando las recetas en 15 años. Existen dos millones de adictos a las pastillas contra el dolor, y un estudio revela que el 75% de los actuales heroinómanos empezó por esos analgésicos. Con respecto a 2005, las cifras suponen un incremento de 99% en atención por emergencias en esos casos. Por otro lado, en 2005 acudían cada día a hospitales 1,800 personas en relación con las drogas. En 2014, el número subió a 3,500. La caída del posible zar antidrogas ha dejado al descubierto el lado oscuro del lobby, los tentáculos de los comerciantes de drogas y la importancia del periodismo de investigación, aunque en Honduras no se crea en el peso de un reportaje.
Máster en Relaciones Internacionales y en Estudios Asiáticos.