Qué sigue
las especias. Los amantes de las especias también temían unos niveles de presión arterial sistólica (la cifra superior) y diastólica (la cifra inferior) que eran 8 mm Hg y 5 mm Hg más bajos en promedio, respectivamente, mostraron los hallazgos. Entonces, se dividió a los participantes en dos grupos dietéticos, y se sometieron a escáneres cerebrales. Un grupo comió una dieta que contenía capsaicina, el principal componente picante de los pimientos chile. El otro grupo consumió su dieta usual. La investigación anterior ha sugerido que la capsaicina a niveles bajos (no suficientes para provocar una sensación depicorenlaboca) podríaaumentar el sabor salado. Los escáneres mostraron que el grupo de la capsaicina experimentó un aumento significativo en la actividad en una región del cerebro que es central en el procesamiento del sabor. La sal también activó esa región. A su vez, ese solapamiento pareció disminuir el deseo de consumir comida salada, dijeron los investigadores. Un experimento relacionado llevado a cabo con ratones confirmó un impacto similar en el cerebro y en el deseo de sal. Según Zhu, el estudio ofrece “información sobre el disfrute de los sabores especiados como una intervención conductual promisoria para reducir la ingesta alta de sal y la presión arterial”. Pero otro médico dijo que los beneficios de una dieta rica en especias para el corazón están por verse. El doctor Gregg Fonarow es codirector de cardiología preventiva en la Universidad de California, en Los Ángeles. Dijoquelahipertensiónesun factor contribuyente importante en los ataques cardiacos, los accidentes cerebrovasculares, la insuficiencia cardiaca y la insuficiencia renal. FRANCIA. Si cambia su estilo de vida, cambia su esperanza de vida. Eso es lo que afirma un nuevo estudio que encontró que no fumar, cuidar su peso y seguir aprendiendo cosas nuevas podría ayudarle a vivir más tiempo. Y los genes juegan una parte en las decisiones del estilo de vida que toman las personas, según los investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Escocia. “El poder de los datos numerosos y la genética nos permite comparar el efecto de distintas conductas y enfermedades en términos de meses y años de vida perdidos o ganados, y distinguir entre la mera asociación y el efecto causal”, señaló el investigador Jim Wilson. En el estudio, los científicos analizaron la información genética de más de 600,000 personas en Norteamérica, Europa y Australia a fin de determinar el modo en que los genes afectan a la esperanza de vida. Fumar, excesodegrasacorporal y sedentarismo tuvieron el mayor efecto en la reducción de la esperanza de vida.