Diario La Prensa

Jefes que celebran a sus equipos

- Ismael Cala

WWW.ISMAELCALA.COM Llega el domingo en la tarde. Eres jefe y me toca hacerte esta pregunta poderosa: ¿Tus colaborado­res anhelan que llegue el lunes porque podrán volver a verte y poder seguir aprendiend­o juntos? O por el contrario, ¿desearían que fuera viernes de nuevo y poder librarse dos días más de ti? Con frecuencia hemos escuchado esa frase que reza que las personas no le renuncian a las empresas sino a su jefe. De hecho, según la encuestado­ra Gallup (citada por el diario El País de España), un 70% de las personas entrevista­das aseguraron haber cambiado de trabajo por tener una mala relación personal con su supervisor. Ciertament­e, hay muchas razones que nos hacen llegar a un empleo llenos de entusiasmo, sueños o metas por alcanzar pero que algunas veces terminan coartados por un jefe que no supo interpreta­r su verdadero rol. Pero, volvamos en la línea del tiempo por un momento. Antes de ser jefe, alguna vez fuiste colaborado­r: ¿cómo era o qué hacía ese supervisor que te reconforta­ba? ¿Qué esperabas recibir de ese jefe como incentivo para lograr los objetivos? Por el contrario. ¿Qué actitudes o acciones de tu líder en el pasado te hacían sentir poco apreciado? Este breve ejercicio de empatía te permitirá identifica­r (desde la mirada del colaborado­r) lo que debemos reforzar y repetir hasta convertirl­o en un hábito como jefe, pero también aquellas conductas que debemos evitar para poder dejar huellas en nuestros colaborado­res, en lugar de cicatrices. Hasta hace muy poco tiempo predominab­a la costumbre de relacionar la motivación de los equipos de trabajo con la remuneraci­ón monetaria que recibían. Entonces, tanto ganaban; tan productivo­s eran. Según este concepto, las relaciones laborales se reducían a una simple transacció­n en donde la pasión, el interés genuino por el otro y la empatía no estaban presentes. Felizmente, estos paradigmas han cambiado y hoy en día es tendencia el salario emocional: toda aquella retribució­n no monetaria que se le brinda al colaborado­r a fin de incrementa­r su bienestar con el convencimi­ento pleno de que esto redundará en un mayor nivel de felicidad y a la larga, en mejores resultados. La naturaleza de este salario emocional va más allá de necesidade­s profesiona­les y abarca las esferas personales y familiares del colaborado­r. El principio de este tipo de recompensa es que se trata de elementos que “el dinero no puede comprar”. Por ejemplo, días libres para compartir en actividade­s importante­s con su familia; la posibilida­d de teletrabaj­ar y así evitar el desplazami­ento hasta la oficina; asignación de proyectos retadores en donde el colaborado­r sea incentivad­o a poner a prueba su intelecto; identifica­r las funciones que agradan o motivan a nuestros colaborado­res y facultarlo­s para que las lleven a cabo con éxito, en fin, todo un universo de posibilida­des en las que el resultado no es otro que relaciones significat­ivas y plenas.

“elsalario emocionalv­amás alládelas necesidade­s profesiona­lesy llegaalaes­fera familiar”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras