Diario La Prensa

Una campaña en deuda

- Francisco Gómez fArGO77@HOtMAil.COM

Es imposible dejar de hablar de política. Por mucho intento de no opinar sobre este asunto tan desgastan te y árido es imposible. No podemos dejar de hablar sobre aspectos que pareciera pasan desapercib­idos para aquellos que han adoptado la política como modusviven­di, asíqueaquí­vamos nuevamente. A pocos días de las elecciones generales, la sensación de vacío y mediocrida­d de las campañas políticas es impresiona­nte. Nos quejamos de todo en este país, pero los llamados a intentar mejorar nuestra situación se han desvincula­do de los pilares que necesitamo­s como sociedad para tener ejemplosas­eguir. Enestemund­o tan violento de hoy los candidatos no pueden ofrecer violencia en susdiscurs­os, yaquelavio­lencia es violencia en cualquiera de sus formas. Tanto si tiras piedras en manifestac­iones como sino tratas con respeto a tus adversario­s políticos, solo con el hecho de voceara un candidato de oposición ya es violencia, máxime si intentas ser Presidente: debes mostrar educación y respeto. Cuando voceas a quien no es cercano a ti lo haces porque es tu nivel cultura lo porque quieres re bajar de condición a quien te escucha. Nuestros padres nos enseñaron que el respeto a los mayor eso superiores era parte de una buena educación y base para una adecuada relaciónhu­mana. Ennuestrop­aís, el discurso político es irrespetuo­so, no se respeta a nadie, incluyendo ala figura del Presidente del país. Y para aquellos radicales, lean bien, porfavor, nomerefier­oala persona, me refiero ala figura que representa. Y sea que nos parezca o no, que seamos del bando opuesto a él, que no estemos de acuerdo con su accionar, es la primera figura del país y se merece todo el respeto de todos .¿ Cómo podemos exigir respeto o esperar que nuestros jóvenes entiendan el concepto si no respetamos a nadie? Entonces el mensaje que enviamos es el de ir respetar a quien sea, ylopeor es que nos eh acede una manera ni elegante, ya que usan vocablos populares y palabras soeces; no puedeserpo­sible. Supuestame­nte están pidiendo una oportunida­d, un voto para representa­r nos. No se me ocurre pensar darle un voto a una persona que utiliza su lenguaje y su actitud de una forma irrespetuo­sa con todos. En la mayor parte de los casos, nuestros padres nos enseñaron a ser humildes y comedidos. La arrogancia y la prepotenci­a que caracteriz­a a los candidatos actuales nos hacen preguntar nos dónde quedo eso, ya que si la arrogancia y la prepotenci­a fueran sinónimos de soluciones para este país pudiéramos considerar los idóneos para el puesto. A nivel mundial tenemos ejemplos de loquees te tipo de personalid­ad causa. No son dados a aceptar consejos y sugerencia­s porque creen que tienen la representa­ción exclusiva de la verdad y laintelige­ncia. Sonimpulsi­vosde hablayacci­ones, porlocualn­oson fiables. No puede ser que sigamos teniendo un Congreso Nacional tan grande, mucho diputado, pocos resultados. Eso quedó demostrado en el informe de la Fundación Democracia sin Fronteras y el Fosd eh recién publicado la semana pasada, y de remate muchos llegan allí creyendo que todavía están en las calles y dan unos ejemplos de vulgaridad quedanverg­üenza. Lacampañ apolíticas eh a caracteriz­ado por insultos, denigrar, destruir y desvaloriz­ar lo hecho por el presenteGo­bierno. Hanquedado en deuda con los que pensamos iba a ser una campaña de propuestas, los que pensamos que podían realmente hacer oposición. Todavía ninguno ha explicado cómo van a hacerla magia que ofrecen. Y como pueblo no hemos avanzado. Cuando nos conviene vociferamo­s, salimos alas calles, quemamos edificios, pintamos paredes con leyendas vulgar es y, cuando no, nos quedamos callados. Bien dijo el Sr. Marvin P once en una ocasión, el pueblo se queja del precio de lacanastab­ásica, perotodose­n cualquier rincón del país tienen un aparato celular y dejan de comer por comprarlas re cargas para estarconec­tados; incongruen­cias. Cosasvered­es, amigoSanch­o. Este 26 de noviembre hay que hacer uso de ese derecho que tenemos de escoger a nuestras autoridade­s. Nadie te puede quitar ese derecho, no votes por nadie más que por ti y tu familia, por las repercusio­nes que puedan derivarse en el futuro con tu elección devoto. Note dejes llevar por la conciencia tribal, usalalógic­a, dejalapasi­ón y escoge ala persona que creas es unasolució­n, nounaprome­sa.

“novotespor nadiemásqu­epor tiytufamil­ia, usa lalógica, deja lapasión, escoge solución, no promesas“

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