Ejercer el derecho
La invitación a la reflexión antes de la jornada electoral tiene su utilidad no tanto por la decisión final sobre el voto, sino por la tranquilidad que proporciona, en estos días previos a la elección, la ausencia del bombardeo que, en esta ocasión, ha sido de muy baja intensidad tanto en el ruido como en la calidad del contenido de los mensajes proselitistas. Nos acercamos al domingo y lo positivo es la relativa calma que debiera hacer desaparecer teatrales aspavientos, imágenes fantasmagóricas y previsiones apocalípticas de algunos que revuelven las aguas para intentar pescar. La primera reflexión en esos días habrá de estar encaminada a la plena convicción del ejercicio del personal derecho al voto, a elegir las autoridades sin reticencia alguna, pues el descontento o la aversión a los políticos no justifica la abstención, reflejo del desinterés por los problemas nacionales. Además el ejercicio electoral es un deber ineludible, como el derecho, pues el llamado cada cuatro años a las urnas es la concreción del poder del pueblo que debiera prolongarse durante el mandato, de manera que el sistema representativo vaya renovándose para dar paso a la democracia participativa. La convocatoria, primero, y los preparativos durante estos meses son el reclamo que debe ser atendido masivamente en el ejercicio de un derecho y en el cumplimiento de un deber, de manera que con el voto secreto y libre se trace la ruta de los próximos cuatro años. El temor que proyectan algunos candidatos en sus mensajes, más propio del derrotismo que de la contienda limpia en las urnas en búsqueda de triunfo, hay que ignorarlos y por nosotros, nuestra familias, el país y por las generaciones venideras participar tempranamente todos. Cada uno que escoja a quien considere mejor y el domingo en horas de la mañana nos deseemos todos, “tengamos la fiesta en paz”, y ese mismo día en horas de la noche podamos reconocer, “tuvimos la fiesta en paz”. A ello contribuirán muy eficazmente los miles de observadores de la OEA, de la Unión Europea, de Estados Unidos; jóvenes capacitados en las universidades para “echar ojo” y vigilar las mesas de votación, los delegados de los partidos y los efectivos de seguridad, de manera que la jornada del domingo será de puertas abiertas lo que imposibilitará que partido alguno, “cace, guise y se lo coma”, pues los ojos del mundo se hallan sobre Honduras, país pequeño del que la comunidad internacional espera una fiesta democrática porque la tolerancia, libertad y transparencia ondearon como bandera en el territorio nacional.