Diplomacia verde
Taiwán está haciendo uno de sus mayores esfuerzos para el año 2025, cuando el país deberá quedar libre de energía nuclear. Para entonces se cerrarán las tres centrales que aún siguen en funcionamiento y que generan 12 de cada 100 megavatios producidos. 20% de la energía consumida será de fuentes renovables (biomasa, eólica, solar), el Gobierno se propone instalar paneles en un millón de tejados y producir 3.5 gigavatios; 30% del carbón (ahora es el 45.5%) y 50% de gas natural importado (ahora es el 20%). Taiwán tiene una tasa de emisión de CO2 per cápita de 11.73 toneladas al año, por encima de sus vecinos Japón (9.68) y China (7.45). El país introducirá en 2020 un sistema de comercio de derechos de emisión, una herramienta administrativa utilizada para el control de emisiones de gases de efecto invernadero. Desde 2009, el Estadio Nacional de Kaohsiung se convirtió en una maravilla arquitectónica, no solo por su extraordinaria estética, sino porque funciona al 100% con energía solar. Simula el cuerpo de un dragón, las escamas son en realidad 8,844 paneles solares con que se ilumina la totalidad del campo. Este sofisticado estadio tiene un diseño que incluye, además, un techo solar de 14,155 metros cuadrados, capaz de iluminar 3,300 luces en el estadio y 2 pantallas jumbo. Además, la construcción abarca unas 19 hectáreas, 7 de ellas se han destinado para el desarrollo de áreas verdes públicas con senderos para bicicletas, parques y un estanque. El Gobierno de la presidenta Tsai Ing-wen, incluso si Taiwán no puede firmar los acuerdos de reducción de emisiones, quiere hacer una contribución para detener el calentamiento global, convirtiéndola en prioridad de su diplomacia verde.
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