Diario La Prensa

La educación sexual inicia en casa

A partir de los 6 años, los papás deben monitorear la informació­n que les llega a sus hijos por los medios de comunicaci­ón e internet

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Ante la invasión informativ­a en televisión y redes sociales, además, más la influencia de compañeros de escuela precoces, nuestros hijos están expuestos a recibir una mala orientació­n sexual. Las computador­as, tabletas y celulares son en la actualidad herramient­as de estudio o de entretenim­iento, y por su acceso al internet son la principal preocupaci­ón de los padres, por ser tan complicada la regulación de su uso y contenido. Todo eso se suma al sentir de cualquier papá o mamá, quienes en su mayoría aseguran que para educar a un hijo no hay manual ni reglas establecid­as, sobre todo cuando se trata de abordar temas difíciles, como la sexualidad. Sin embargo, la educación sexual debe iniciar desde los primeros años de vida. Enseñar a los pequeños a llamar por su nombre a todas las partes del cuerpo. Después, viene el respeto a los demás en el aspecto sexual, así como un comportami­ento correcto ante la sociedad. El pediatra Ismael Piedra Noriega dice que, poco después de nacer, las costumbres sociales es- tablecen que el color azul sea para los varones, y el rosa, para las niñas. “El rol masculino y femenino es moldeado por las costumbres de la familia y la sociedad; a la niña le compran muñecas, y a los niños balones y carritos”, agrega. Sin embargo, en esta etapa ellos pueden jugar con muñecas sin que exista problema alguno. Porloregul­ar, eshasta los 2 o 3 años que empiezan a darse cuenta de su sexo. Piedra Noriega comparte que, en ocasiones, cuando la maestra dice en la guardería: “Niñas, vamos al baño”, uno que otro niño de 2 años o menos responde a la instrucció­n, pero no tiene ninguna relación con la homosexual­idad, simplement­e es parte del desarrollo de su cerebro. Luego, la educación continúa de acuerdo con las normas sociales. A los hombres se les permite ser rudos: gritar, tirarse al piso o brincar, mientras que de las mujeres se espera que sean tranquilas y luzcan bonitas. Por lo tanto, ambos sexos se adaptan a las reglas que marca la sociedad. Explorándo­se. A partir de los 2 años se tocan las orejas, se chupan el dedo o se acarician sus genitales. Si los papás los observan, lo indicado es no asustarse ni regañarlos, solo preguntarl­es: “¿a qué estás jugando?”, para distraerlo­s. Solo que la acción se vuelva repetitiva habrá que poner reglas. Después de los 6 años, los papás se tienen que encargar de ajustar la informació­n que les llega a los hijos, los medios de comunicaci­ón a cada momento los están bombardean­do.

Con los papás. Hay diferentes posturas de pediatría o sexología que pueden argumentar que es correcto que los niños se bañen con sus papás, pero es un tema de índole cultural. Los niños deben ver el cuerpo como algo natural, entre los 5 o 6 años todavía no tienen ese morbo ni el erotismo desarrolla­do como el adulto. El niño es curioso, y si por alguna razón ve a su papá o mamá desnudos, lo recomendab­le es que actúen con normalidad. “Si la hija pregunta, ‘papá, por qué tienes eso?’, contestar: ‘Yo tengo pene porque soy hombre’. En el caso de la mamá, decirle:‘ Esto es mi pecho, porque las mujeres lo tenemos’. Son respuestas sencillas y los niños se quedan satisfecho­s”.

Los niños deben ver el cuerpo como algo natural, entre los 5 o 6 años todavía no tienen ese morbo ni el erotismo desarrolla­do.

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