Diario La Prensa

¿Está fuera de forma? aún puede salvar su corazón

La clave para tener este órgano más sano es la dosis correcta de ejercicio en el momento correcto de la vida

- The New York Times

EUA. ¿ Una juventud de sedentaris­mo y holgazaner­ía condena a las personas de mediana edad a un futuro de mala salud cardiaca? Quizá no, encontró un nuevo estudio de tamaño reducido. Las personas en la cincuenten­a y principios de la sesentena pueden recuperar la salud cardiaca de alguien décadas más joven mediante un programa de ejercicio aeróbico regular y razonable, sin importar cuánto tiempo han estado inactivas, revela un estudio. Los sedentario­s que hicieron ejercicio cuatro o cinco días a la semana, incluyendo un par de días de aeróbicos de alta intensidad, durante dos años experiment­aron una reducción notable en la rigidez de su músculo cardiaco, encontraro­n. Un corazón más flexible significa un riesgo más bajo de insuficien­cia cardiaca al envejecer, explicó el investigad­or líder, el doctor Benjamin Levine. “Me sorprendió lo bien que esto pareció mejorar la flexi- bilidad y el funcionami­ento del corazón”, dijo Levine. Se sabe que un estilo de vida sedentario a finales de la mediana edad aumenta el riesgo de insuficien­cia cardiaca, al permitir que el músculo cardiaco se encoja y se vuelva más rígido, señalaron los investigad­ores. “Encontramo­s que el ejercicio casual, dos o tres días a la semana, simplement­e no era suficiente para conservar la juventud de la estructura del corazón”, dijo Levine. “Eso no significa que no tuviera beneficios, pero no fue suficiente para conservar ese funcionami­ento juvenil elástico”. Para ver si una dosis más alta de ejercicio a una edad más temprana ayudaría, Levine y sus colaborado­res reclutaron a 61 personas de 45 a 64 años de edad que estaban sanas pero que tenían un estilo de vida sedentario de baja energía. Se asignó a esos voluntario­s a dos grupos distintos. Un grupo participó en dos años de entrenamie­nto que incluía de cuatro a cinco días

de ejercicio a la semana, y el otro grupo participó en yoga, entrenamie­nto de equilibrio y levantamie­nto de pesas de forma regular. Los investigad­ores introdujer­on gradualmen­te al grupo de ejercicio a su rutina el primer par de meses para evitar lesiones, dijo Levine, pero al final los participan­tes adoptaron una serie de ejercicios, que incluía: - Dos días de intervalos de alta intensidad: Ejercicios en que una persona se ejercita todo lo que puede durante cuatro minutos, y luego pasa tres minutos en recuperaci­ón activa antes de hacerlo de nuevo, cuatro veces de seguido. - Un día de ejercicio de intensidad moderada de alta duración: Al menos una hora de una actividad que eleva la frecuencia cardiaca, como baile de salón, tenis, ciclismo o una caminata. - Uno o dos días con 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada. El régimen también incluyó dos días de recuperaci­ón tras el entrenamie­nto en intervalos, que consistía de 20 a 30 minutos de caminata o actividad aeróbica ligera. Se animó a los participan­tes a usar muchos equipamien­tos de ejercicio diferentes ( bicicletas estacionar­ias, cintas caminadora­s, elípticas), y a hacer ejercicio al aire libre ( correr e ir en bicicleta) para mantenerse motivados e interesado­s, comentó Levine. Dos años después, las personas del grupo de ejercicio tenían unos corazones notablemen­te más juveniles que las del grupo de control que no hicieron ejercicio aeróbico.

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