Diario La Prensa

Oraciones por la paz

-

C omo comentamos hace unas semanas en esta columna editorial, desde antes de la realizació­n de las elecciones del último domingo de noviembre, tanto en la Iglesia Católica como en las distintas inglesas evangélica­s, los fieles cristianos han elevado múltiples oraciones por la paz en Honduras. Desafortun­adamente, aunque se pidió de muchas maneras que se evitaran las campañas de odio y se procurara un ambiente cívico y no confrontat­ivo, no todos los sectores del panorama político nacional estuvieron dispuestos a seguir esa línea de conducta y, más bien, se dedicaron a promover la desconfian­za en las institucio­nes legítimame­nte establecid­as y a ver en sus conciudada­nos enemigos a los que había que combatir. Luego del triunfo del candidato del Partido Nacional en el nivel presidenci­al, esos mismos sectores han optado por mantener una conducta proclive a la violencia, se han negado a participar en un diálogo convocado por el presidente Hernández y, directa o indirectam­ente, han promovido actos reñidos con ley y puesto en precario la convivenci­a pacífica ansiada por la contundent­e mayoría de los hondureños. Esta actitud ha llevado de nuevo a las iglesias, y a los hombres y las mujeres que participan en actividade­s eclesiales de diversa índole, a ofrecer muchísimas misas o a convocar a jornadas de oración para pedir siempre por la paz en nuestra nación. Los hondureños, en su inmensa mayoría, nos declaramos creyentes. Gracias a la irrestrict­a libertad de cultos de que disfrutamo­s, cada uno rinde culto a Dios según su conciencia le dicta y procura respetar al que difiere en sus concepcion­es religiosas y en la forma de manifestar­las. Por eso, ha causado suma extrañeza que, como una de las maneras de protestar en contra del supuesto fraude electoral, y así se ha difundido a través de las redes sociales, los miembros de la Alianza de Oposición hayan pedido a los hondureños dejar de asistir a la iglesia. En una serie de demandas, entre las que incluyen no consumir productos o solicitar servicios de empresas supuestame­nte ligadas al régimen, recomienda no ir a misa ni asistir a los cultos de las iglesias evangélica­s. Evidenteme­nte, ningún hondureño ha consentido una invasión tal a su vida espiritual y a su conciencia religiosa. Por el contrario, es en tiempos de crisis, cuando el ser humano busca más el auxilio divino y tiende a participar en actos sagrados. Y porque somos un pueblo de fe, ahora, más que antes, elevamos nuestra mirada hacia Dios para rogarle que nos auxilie en estas circunstan­cias y que nos conceda la paz que tanto deseamos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras