Anécdota chiquita
La crisis no es solo en Perú, es un problema que sufre América Latina, una gran desconfianza. El caso Odebrecht es simplemente una anécdota chiquita, el quid pro quo que no es la sana negociación política, sino, te tapo esto y tú me tapas esto. Hay una crisis por corrupción. Uno llega a una posición y acusa de corrupto al anterior, y los dos tienen algo de razón”, es la expresión sencilla, lejana al lenguaje diplomático de El Vaticano o a la profundidad teológica de las encíclicas, con la que se refirió el papa Francisco en una reunión con los obispos del país sudamericano. La trama de la constructora brasileña a lo largo y ancho del continente, como también en algunos países de Asia, llegó a los más altos círculos gubernamentales y ha sacudido con fuerza a numerosas administraciones con presidentes procesados, altos funcionarios señalados y políticos en la mira. Pero es un caso, es “una anécdota chiquita” en palabras del Pontífice porque “el hoy por ti, mañana por mí”, en adagio en latín, “quid pro quo”, es el ambiente en que se mueve la administración pública desde los servicios básicos más comunes a los ciudadanos hasta los grandes contratos. Nuestro país, hasta el momento, no ha sido señalado directamente, pero la Fiscalía ha abierto una investigación y ha enviado personal a Brasil para participar en una audiencia de colaboradores eficaces, cuatro testigos, algunos de ellos condenados ya, pero esperan benignidad de las autoridades en la medida que proporcionen información de las actividades ilícitas de los ejecutivos de la empresa transnacional que mediante sobornos a funcionarios ganaba las licitaciones de grande obras. Sus actividades en Honduras estuvieron relacionadas con la construcción de las represas Llanitos y Jicatuyo, proyectos fracasados por falta de financiamiento. La presencia de personas de la constructora brasileña, los convenios suscritos así como últimas gestiones fallidas fueron motivo más que suficiente para tratar de conocer, a fondo, la relación con funcionarios hondureños y el comportamiento de estos, pues como señala el Papa “no es la sana negociación política”. Pero habrá que esperar las declaraciones de los cuatro testigos, incluyendo a Marcelo Odebrecht, para saber, primero, si Honduras se hallaba en la lista del “departamento de sobornos” y después si se hizo efectiva alguna entrega de dinero, viajes o regalos para ir allanando el camino, firmar contrato y ejecutarlo, lo que no fue posible para realizar las represas en aguas que llegan al Caribe a través del Valle de Sula.