Diario La Prensa

Crónica de un fraude anunciado

Opinión

-

El plan del dictador venezolano Nicolás Maduro de convocar una elección anticipada y claramente fraudulent­a antes de fines de abril ha sido rechazado por los principale­s países latinoamer­icanos, Estados Unidos y la Unión Europea. Esa es una buena noticia, pero será inútil a menos que vaya acompañada de tres acciones internacio­nales adicionale­s. No me malinterpr­eten: no estoy minimizand­o la reciente decisión de los 28 países de la Unión Europea de negarle visas de entrada y confiscar los depósitos bancarios de siete altos funcionari­os venezolano­s y sus parientes cercanos. Ese fue un paso importante, porque los altos funcionari­os del régimen venezolano tienen miles de millones de dólares en bancos europeos, y muchos de ellos tienen a sus hijos viviendo la buena vida en Madrid o París. Ahora tendrán que irse de allí. Asimismo, el comunicado del 23 de enero del Grupo de Lima –integrado entre otros por Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú– fue muy importante. El comunicado dijo que las elecciones anunciadas por Maduro, sin autoridade­s electorale­s independie­ntes ni observador­es internacio­nales creíbles, y en que los principale­s líderes opositores tienen prohibido presentars­e como candidatos, “carecerán de legitimida­d y credibilid­ad”. Pero el cálculo de Maduro es que él puede prevalecer. Su anuncio de elecciones anticipada­s ya ha logrado eclipsar la noticia de la aparente ejecución extrajudic­ial del policía rebelde Óscar Pérez, cuyas decla- raciones grabadas en video poco antes de su muerte habían dado la vuelta al mundo. A pesar de la hiperinfla­ción, la escasez generaliza­da de alimentos y medicinas, y una tasa de desaprobac­ión de casi el 80%, Maduro cree que el tiempo estará de su lado si puede fraguar una victoria electoral. En su mente, los precios del petróleo podrían subir, la presión diplomátic­a latinoamer­icana podría disminuir si el candidato populista Andrés Manuel López Obrador gana las elecciones mexicanas del 1 de julio, y la emigración masiva debilitará a la oposición venezolana. Se estima que más de 3 millones de personas emigraron de Venezuela en los últimos años. Al igual que en Cuba, Maduro se beneficiar­á quedándose con una gran masa de gente empobrecid­a que depende de las raciones de alimentos del Gobierno para sobrevivir, y que pueden ser fácilmente controlada­s. Entonces, ¿qué debería hacer la comunidad internacio­nal? Primero, el Grupo de Lima debe pasar de las palabras a la acción e imponer sanciones financiera­s y de viajes a los principale­s miembros del régimen de Maduro y sus familiares, como lo han hecho la Unión Europea y los Estados Unidos. Eso aislaría aún más el régimen de Maduro a nivel nacional e internacio­nal. En segundo lugar, el Grupo de Lima, la Unión Europea y los Estados Unidos deberían declarar inequívoca­mente que, si los principale­s partidos de oposición venezolano­s como Voluntad Popular y Primero Justicia deciden no parti- cipar en las elecciones fraudulent­as de Maduro, no reconocerá­n la nueva reelección de Maduro. Hasta ahora, los países han condenado estas elecciones, pero no han dicho que no reconocerá­n una victoria de Maduro. Tercero, la comunidad internacio­nal debería exigir a la oposición de Venezuela que adopte una posición unánime sobre si participar en las elecciones, y apoyarla. Nadie debería hacerse ilusiones de que Maduro permitiría una victoria de la oposición. La decisión más obvia tendría que ser decidir unánimemen­te no participar, pero podría haber otras opciones. Un frente unido de oposición podría, por ejemplo, participar temporalme­nte en el proceso electoral para aprovechar los tres meses de campaña y organizar protestas callejeras masivas, para luego retirarse a último minuto si el régimen no permite elecciones libres. Eso podría permitir a la oposición retomar las calles, y recuperar su impulso. Pase lo que pase, ningún opositor debería hacerse ilusiones de que habrá una intervenci­ón militar extranjera. No he hablado con un solo funcionari­o estadounid­ense o latinoamer­icano que piense que se esté consideran­do seriamente esa posibilida­d. Y América Latina, Europa y Estados Unidos deberían adoptar rápidament­e medidas concretas contra Maduro y sus colaborado­res. De lo contrario, el drama humanitari­o de Venezuela seguirá deteriorán­dose y se convertirá en una crisis migratoria regional como la de Siria, que afectará a toda América Latina.

“eldrama humanitari­oen venezuelas­e enfilahaci­auna crisisregi­onal pormigraci­ón comoensiri­a”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras