Visita de la ONU
La actividad de la delegación de las Naciones Unidas marca el hito de partida en un camino sinuoso y empinado que la sociedad hondureña habrá de recorrer en compañía de quienes fueron llamados como agentes de acercamiento, las distancias son radicales, participantes directos y hasta protagonistas de acuerdos y garantes de cumplimiento de los mismos. El primer paso, con el respeto a todas las partes, se ha ceñido a lo que es el momento inicial o, como dirían en la aldea, ver, oír y callar. Esto último lo saben muy bien quienes viven a diario en los organismos internacionales y son llamados como mediadores en conflictos. No demerita su presencia en el país el que su misión haya sido “exploratoria”, de unas horas, como exigieron quienes elaboran y exigen una agenda con asuntos reducidos a sus interesados. Ellos han escuchado, habrá que conocer lo que dicen los hondureños, para ir preparando las bases que en otra visita se concreten, hasta llegar a la creación de espacios en donde haya las condiciones de diálogo, hablar y escuchar, debates, enriquecidos por la pluralidad ideológica y política, para llegar a acuerdos en los que el compromiso, absolutamente vinculante, sea suscrito para salir del atolladero, para despejar mentes y trazar y hasta vislumbrar ya un futuro más promisorio para todos. Con palabras muy diplomáticas, como no podían ser otras para impulsar el proceso, Igor Garafulic, el representante del organismo internacional en nuestro país, no integrante de la misión, se mostró satisfecho pues “existe una gran voluntad de comenzar con el proceso de diálogo; cada uno ha expresado la necesidad de dialogar y hemos tenido el tiempo suficiente”. Explorar fue objetivo de la presencia en el país y eso fue lo que realizaron. Desde este punto de partida habrán oteado el horizonte que, sin duda, lo ven bastante nublado, pero con la ayuda de la eficaz convocatoria interna y la posterior participación de todos los sectores irán desapareciendo las nubes y se alejarán los riesgos de vendavales y huracanes políticos y sociales. El coordinador de la mesa de convocantes dio a conocer la propuesta presentada con carácter de urgente, para ayer. “Un diálogo que debe ser eficaz, eficiente, que produzca resultados inmediatos, sea vinculante y nos ayude a resolver los problemas que ahora tenemos”. Habrá que recordar el dicho “despacio que llevo prisa”, no sea que por mucho correr se cansen pronto. El proceso irá marcando etapas en las que ojalá, con dificultades y rémoras, haya miras superiores para hallar la correcta dirección, ágil andadura y llegada al destino final deseado.