DosexplosionesenBolivia handejado12muertos
Ambas explosiones, sin que hasta ahora se conozca la autoría, ocurrieron en Oruro, una el sábado y otra el martes
ORURO. Un hueco en el piso y sillas rotas en la calle es lo que queda de dos recientes explosiones en la ciudad de Oruro que dejaron 12 muertos y 48 heridos, en hechos sin precedentes en la historia reciente del país. En Bolivia no hay guerrilla ni grupos violentos activos, excepto esporádicos ajustes de cuentas entre narcotraficantes, y los antecedentes más cercanos de ataques con bombas se remontan a la última dictadura militar (1980-1981). Hasta ahora nadie ha reivindicado las explosiones y dos días después del último estallido el gobierno y la policía no tienen pistas certeras y han declarado reserva en la investigación. En tanto, los únicos tres detenidos fueron liberados sin indicios en su contra, según el fiscal Mario Rocha. La primera explosión ocurrida el sábado, que dejó ocho muertos, fue atribuida por la policía a la incorrecta manipulación de una bombona de gas licuado por parte de una vendedora callejera de comida. Pero en la segunda explosión se confirmó que se usaron tres kilos de dinamita que mataron a cuatro personas. Las autoridades han puesto en duda la hipótesis de que hayan sido explosiones accidentales y buscan una conexión entre ambas, indicó el ministro de Defensa, Javier Zavaleta. Ayer, en una barriada pobre era velado el cuerpo de Alex Quekaña, de tres años, uno de los muertos en la explosión del martes 14. Su padre, su madre y otro hermano están graves en un hospital. “Somos pobres, somos inocentes, toda la familia de mi hijo quedó destruida. Si no hay justicia y ayuda iré a reclamar al presidente Evo Morales”, dijo la abuela Máxima Solares. La familia iba a comprar material escolar cuando fueron alcanzados por la explosión. La autoridad hizo un llamado a la calma a la población orureña y aseguró que “todo está bajo control”, tras lamentar una serie de versiones falsas sobre la explosión que circularon en redes sociales y que causaron una especie de psicosis colectiva.
En cuanto a las personas lesionadas el sábado 10, 32 permanecen en hospitales de La Paz y Oruro, uno perdió un pie y otro la vista, informó el gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez Mamani.