Todo lo negativo
En el Informe de Riesgos Globales presentado en el Foro Económico Mundial que tuvo lugar en Davos, Suiza, en enero de 2018, los ciberataques se constituyeron en la segunda de las principales amenazas a la estabilidad global. Para António Guterres, secretario general de la ONU, “ya existen episodios de guerra cibernética entre Estados. Y lo peor es que no hay un esquema reglamentario para este tipo de guerra, no está claro si ahí se aplica la Convención de Ginebra o el Derecho Internacional”. “A diferencia de las grandes batallas del pasado, que se abrieron con un bombardeo de artillería o aéreo, la próxima guerra comenzará con un ciberataque masivo para destruir la capacidad militar, sobre todo del comando, del control y la comunicación, con el fin de paralizar las tropas y las infraestructuras básicas como las redes eléctricas”. “Estamos totalmente desprotegidos de mecanismos regulatorios que garanticen que ese nuevo tipo de guerra obedezca a aquel progresivo desarrollo de leyes de guerra, que garantice un carácter más humano en aquello que es siempre una tragedia de proporciones extraordinariamente dramáticas”. “Tenemos que unirnos todos, no solo los Estados, para garantizar que internet sea un factor de bien de la humanidad. Las normas tradicionales, a través de Estados o convenciones internacionales, están hoy inadaptadas a la nueva realidad porque son lentas”. Más allá de los Convenios de Ginebra y el Derecho Internacional, o de la realidad mundial, en Honduras los ciberataques tienen su propia concepción. La ciberseguridad consiste en limitar la libertad de expresión, y la ciberguerra es manipular la información, responsabilizando a la oposición de todo lo negativo.
Máster en Relaciones Internacionales y en Estudios Asiáticos