Más de 25,000 armas ilegales llegaron al Triángulo Norte
Pistolas 9 milímetros y fusiles AR-15 son usados por criminales
Orfiamizaciomes de elifiramtes emviarám carta a Trulp para que prohíba la vemta de fusiles de asalto
SAN PEDRO SULA. Honduras y los otros dos países del Triángulo Norte (Guatemala y El Salvador) han pagado con sangre en la última década el descontrol que impera en la comercialización y vigilancia de las armas en Estados Unidos. Solamente en los últimos cuatro años, a estos tres países, que han sido afectados drásticamente por la violencia, ingresaron de manera ilegal más de 25,000 armas registradas en Estados Unidos por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATC). Entre 2014 y 2017, las autoridades de los tres países incautaron anualmente un promedio de 6,500 armas de fuego (originarias de EUA) a delincuentes o las encontraron en escenas del crimen, allanamientos o a bienes de carteles de la droga, maras y pandillas. El Centro Nacional de Rastreo ( CNT) de la ( ATC), por medio del Sistema de Rastreo Electrónico E-trace utilizado en estos tres países, ha constatado que en ese lapso ( sin incluir 2017) decomisaron en El Salvador 10,097 armas estadounidenses, en Guatemala 7,131 y en Honduras 2,268. Este conglomerado de armas, calificadas como comerciales en Estados Unidos, está compuesto por pistolas, revólveres, rifles y escopetas compradas legalmente dentro de Estados Unidos y, más tarde, contrabandeadas a través de la frontera con México. En Guatemala, Honduras y El Salvador, las autoridades le han decomisado a miembros de la MS-13 y la 18 fusiles de asalto AR-15, la misma arma usada por estudiantes en Estados Unidos para perpetrar masacres dentro de los recintos escolares. Por ejemplo, el pasado 14 de febrero, Nikolas Cruz (de 19 años) acribilló a sangre fría con un AR-15 a 17 personas dentro de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Florida. Con ese mismo calibre, en 2017, Stephen Paddock (64 años) desde el piso 32 del Hotel Mandalay Bay de Las Vegas abrió fuego y masacró a 58 personas que se encontraban en un concierto de música country. En un comunicado emitido a inicios de este mes, Chelsea Parsons, vicepresidenta de política de armas y crimen del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, siglas en inglés), con sede en Washington, confirmó que “armas que son originalmente compradas en Estados Unidos se utilizan en países vecinos para cometer un delito al menos cada 31 minutos”. Este mes, esa organización publicó el informe titulado Más allá de nuestras fronteras, del cual Parsons es coautora, que confirma que “las armas de Estados Unidos también alimentan la violencia letal en Centroamérica”.
Contrabando. Los AR-15, el arma del delito en varios miles de asesinatos en la región, llegan, indiscutiblemente, mediante operaciones comerciales clandestinas que en algunas ocasiones son detectadas por las autoridades. A finales de 2017, en el interior de un contenedor en el puerto Santo Tomás de Castilla, Izabal, fronterizo con Honduras, la Policía Nacional Civil (PNC) encontró 14 fusiles ( nuevos) ocultos en una caja, cita como ejemplo Mario Alfredo Bosos Monroy, profesor de la cátedra Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Investigación Criminal en la Maestría en Criminología y Criminalística de la Universidad Galileo de Guatemala. Ese contenedor, con registro TGHU7063815, llegó a ese puerto procedente desde Estados Unidos en el barco Msc Weser y era portador de un documento que consignaba el transporte de 60 bultos con “mercadería variada”, sin embargo, realmente contrabandeaban AK-47 y AR-15. “Tengo entendido que este tipo de armamento tiene precios de entre $1,200 un fusil AK47 y $800 un AR-15, y este fusil es uno de los más comercializados en Estados Unidos. Esta muestra es un pequeño detalle de la gran comercialización legal e ilegal en Estados Unidos y los países del Triángulo Norte, esto es en referencia a armamento ligero automático, no digamos las armas cortas”, explica Bosos Monroy en un análisis exclusivo hecho para Diario LA PRENSA. Bosos Monroy, experto en seguridad pública, advierte que “toda acción tiene reacción y en este caso es muy fatal. El tipo de armamento ligero y automático es de mayor línea de fuego de las organizaciones criminales en los países que conforman el Triángulo Norte; dichas organizaciones son las de narcoactividad y el fenómeno de las pandillas”. Este especialista dice que “hay que entender ‘que arma es el instrumento, medio o máquina destinados a atacar o a defenderse. Medio natural de los animales para defenderse o atacar. Medio que sirve para conseguir algo’: Real Academia Española”.
Tipos. Entre 2014 y enero de 2018, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional ( Fusina) le decomisó a los delincuentes 11,576 armas de todos los tipos y calibres y de diferente fabricación. Pero el 26% de ese arsenal incautado, considerando cifras del CNT, está integrado por armas registradas en Estados Unidos. Leandro Flores, jefe de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) en San Pedro Sula, le informó a LA PRENSA que entre las incautaciones que realiza esa unidad a miembros de maras y pandillas “lo más común son los fusiles automáticos AR-15, fusiles automáticos AK-47 y pistolas 9 milímetros”.
Negocio. En contraste con Estados Unidos, donde el AR- 15 es comercializado legalmente y las armas son vendidas como cualquier otro producto, en Honduras existe un mayor control. Aquí la Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Similares prohíbe la comercialización y la tenencia de armas automáticas, restricción anhelada por una parte de la sociedad de Estados Unidos. Además de prohibir esas armas, La Armería, una empresa de las Fuerzas Armadas, es la única entidad autorizada para importar y vender armas y municiones que, obligatoriamente, deben ser presentadas por sus compradores ante el Registro Nacional de Armas y Balística de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).