Millones pueden perder su privacidad por uso de internet
Ciberseguridad Al menos 1,400 millones de registros de datos comprometidos, con efecto en la banca y el e-commerce
Aunque la tecnología ha abierto un mundo de posibilidades, también ha incrementado los riesgos. La hiper con ec ti vi d ad permite almacenar datos personales en casi todas las cuentas en línea, incluidas cuentas bancarias, redes sociales, correo electrónico y hasta tiendas preferidas para ir de compras. Pero, ¿qué protección existe? ¿Cuántas personas tienen acceso a nuestro nombre completo, nuestra dirección de casa o demás datos de identidad? Solo en el sector financiero, según la Comisión Nacional de Bancos ySeguros(CNBS ), existen “6.2 millones de cuentas de ahorro” y más de 800,000 tarjetas de crédito, y los datos de sus propietarios los tienen los operadores y tres central es deriesgo.
Datos comprometidos
Según la empresa de seguri- dad digital Gemalto, en 2016 hubo 1,792 filtraciones de datos que hicieron que cerca de “1,400 millones de registros de datos se vieran afectados entodoelmundo”. Estos datos involucran tanto a usuarios individuales como a empresas de todo tamaño, muchas veces con el objetivo de ganar acceso in debido a sus bases de datos e información de naturaleza sensible. “Un blanco popular para los cibercriminales es el sector del cuidado de la salud, donde hackers se toman el tiempo de recopilar datos personalesden er organización, ceptibl espacien tesa filtración de in for-l os información empleados aun sinnúmero dejando crítica para ob te-de sus-del a mación Jan rector Michael de personal”, ventas Blanchette, para considera Centro- diamérica de la multinacional estadounidense de seguridad Fortinet. Además del millonario costo financiero, las empresas corren el riesgo de la continuidad del negocio. Un ataque de denegación de servicios a una empresa que ofrece productos o servicios en línea produce un bache en ventas y consecuencias inmediatas para los ingresos de esa compañía. Otra manera de medir lo tiene que ver con el impacto relacionado ala imagen o reputación delaempresa. “Por ejemplo, elcasodeunafuga de información sobre identidad es, tarjetas de crédito o cualquier otra información sensitiva de los clientes en una compañía de servicios financieros o de salud. Hay empresas que hoy ya tra-
bajan con esquemas de discontinuidad en caso de sufrir un cibera ta que para que estos no afecten la operación ”, explica el experto.
Gobierno sin seguridad
“En general, el nivel de seguridad que existe en los sistemas informáticos de las instituciones de gobierno es mínimo, no hay respaldo”, dijo Danilo Antúnez Mejía, presidente de la Asociación de Empresas Tecnológicas deHonduras. Salvo casos excepcionales como las secretarías de Finanzas y de Agricultura y Ganadería, prevalece el des interés gubernamental, agrega elejecutivo. Para el caso, señaló que hay dependencias que“están utilizando tecnologías de hace 10 años(...)”, incluso, hayalgunas en las que toda la información está en una sola computadora, “sin querer entender el riesgo que eso significa para el país ”. Los bajos niveles de seguridad ponen al país en la línea de los más vulnerables del mundo. “Se imagina usted lo grave que sería para el Estado que se perdiera, por ejemplo, el catálogo de proveedores y de todas las compras del Estado que maneja Honducompras o que el sistema del IP sea vulnerado desdeafuera”, indicó. Son situaciones que por ahora no han sucedido, pero que más temprano que tarde puede pasar. “Lo que pasa es que para el mundo nosotros no somos significativos, pero le aseguro que un par de ciber delincuentes( si se lo proponen) mañana nos deshacen cualquier sistema de informática del gobierno”, opinó. Encontraste, dijoquesectores privados como el de la banca se han tomado muy en serio el tema y llevan adelante un agresivo plan de seguridad de sus sistemas informáticos. De hecho, dijo, son procesos impulsados por la CNBS, que los obliga a invertir en temas de ciberseguridad, y que esas inversiones ya superan los 600 millones delemp iras.
La filtración global de datos personales aumentó un 86% en 2016