Más de arena
E n la columna editorial de la edición del miércoles, Sin documentos, nos referíamos a una de cal y muchas de arena, a lo que hoy nos vemos obligados a puntualizar, algunas de estas últimas muy significativas y con tales consecuencias que aquello de la fe de erratas se convierte en juego de recreo. Las apreciaciones igual que las opiniones pueden ser diversas e infinitas, pero la dinámica, dígase eficacia, con que han sido tratados los asuntos de la delincuencia organizada y un poco de la corrupción confirman que tocar la bolsa duele y es la ruta para no perecer en el complejo terreno pantanoso en que se fue hundiendo nuestro país antes de enfrentar con decisión el problema. Hace unos años, tiempo que muchos hondureños aún recuerdan con nostalgia, bastaba un partido de la Selección, cuya cúspide era la clasificación a la cita mundialista, para en horas de la noche y si se necesitaba los albores de la madrugada, para subir precios o aprobar leyes que por haber tenido un análisis y discusión “exhaustivos” se les dispensaba dos debates y pasaba directamente al bienaventurado estado de “se aprueba, queda aprobado”. El escenario no ha sido igual, pero parecido, pues ya se había puesto el sol, los medios de comunicación habían terminado la jornada informativa, quedaban las redes sociales, pero el sueño puede con todos menos con los diputados cuando se convoca a la sesión en la noche. La bicolor se halla en prologada pausa y los hondureños enfocados en el largo feriado, los empleados públicos desde este fin de semana y los colaboradores desde el próximo miércoles. En fin que no están para escuchar las disquisiciones jurídicas ni observar rincones legales, pues es una temporada en la que hasta se olvida aquello de que “quien hace la ley, hace la trampa”. Hay un ambiente en el que, de acuerdo al dicho popular, se escuchan “pasos de animal grande” y en el que se están buscando, encontrando, adoptando y ejecutando soluciones claramente distanciadas de aquel “hacer lo que se tiene que hacer” y que, aunque falte mucho, algo se ha conseguido y la prueba se halla en la sacudida, con reacciones, provocada por el trabajo del Ministerio Público, la Fiscalías, la Policía, el Tribunal Superior de Cuentas y quien nos apoya en la lucha contra la corrupción, respaldado en un convenio suscrito, hoy en tela de juicio con la admisión del recurso contra el acuerdo bilateral en la Corte Suprema de Justicia. El diagnóstico, en palabra de profesionales, es preocupante, pues el retroceso dará mucha más fuerza a la impunidad, cáncer en metástasis, en nuestro país.