Cristo resucitó y venció
El misterio de la resurrección de Cristo supera todo entendimiento. Para poder entender tan siquiera un poco este fenómeno necesitamos la ayuda del Espíritu Santo. Lo mismo ocurre al querer comprender el significado del amor del Padre por nosotros que permitió la muerte y la resurrección de su Hijo para concedernos el triunfo sobre la vida perecedera terrena. Las lecturas bíblicas celebrando este magno acontecimiento son bellísimas: ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Jesús de Nazaret, el que fue crucificado, no esta aquí (en el sepulcro); ha resucitado. Una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. Si estamos íntimamente unidos a El por una muerte semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección. Esta es nuestra fe. Ahora vayan a decirles a sus discípulos. ¿Podemos los cristianos anunciar que Jesús resucitó, que está vivo entre nosotros, que actúa en nuestra comunidad como muestra del amor fraterno, como ejemplo del amor del Padre por su Hijo? ¿Tenemos un hogar cristiano donde padres e hijos, hermanos y hermanas vivimos peleando como perros y gatos y no como familia fraterna llena del amor ágape? ¿Está nuestro matrimonio viviendo el amor conyugal fiel y respetuoso, o tenemos un tercer frente, sin comunicación ni metas en común? ¿En nuestra vida personal nos preocupamos realmente y efectivamente de los problemas de los demás o nos hacemos los desentendidos? ¿En nuestro trabajo manual o profesional nos ocupamos únicamente del factor monetario sin caminar la milla extra, sin ahorrar tiempo ni materiales? ¿Como grupo eclesial hacemos labor solamente para sobresalir sobre las demás comunidades? ¡Feliz Pascua de Resurrección a todos! Cristo venció.
“laslecturasbíblicaspresentan elmisteriodela resurrección, el centrodelavida cristiana”