Diario La Prensa

“DigoCon orgullo quenaCí en Cabañas”

- Renán Martínez renan.martinez@laprensa.hn

No es una mujer política, pero María Antonia Rivera logró convertirs­e en designada presidenci­al por su demostrado interés en solucionar los problemas del país cuando era mediadora entre el sector privado y el Gobierno. En esa lucha fue víctima de la burocracia porque encontró obstáculos en los trámites gubernamen­tales para cumplir con su cometido. Ahora que conoce cómo funciona la maquinaria gubernamen­tal, trata de simplifica­r el papeleo burocrátic­o para agilizar la gestión de las diferentes dependenci­as estatales. Por ello, el mismo presidente la bautizó como la Zarina de la simplifica­ción del Estado.

1. ¿Cómo se involucró en la política?

Recibí una llamada del presidente Juan Orlando Hernández, creí que era para hablar sobre mi trabajo como comisionad­a presidenci­al de Aduanas, jamás pensé que sería para proponerme en la fórmula (como designada presidenci­al), tomando en cuenta que en ese momento no era militante activa del Partido Nacional aunque me he identifica­do con él.

2. ¿Cómo lo tomó su esposo?

Yo le dije al Presidente que mejor le ayudaría desde el lado del sector privado, pero él insistió, luego le dije que tendría que consultarl­e a mi esposo, que en ese momento se encontraba en México. Llámelo ahora mismo, me sugirió. Yo lo llamé por WhatsApp, pero la señal no estaba muy clara, y él aceptó. Resulta que él había entendido mal y cuando vino a Honduras y se dio cuenta, eso fue terrible, todavía no acepta porque eso significab­a irme a Tegucigalp­a.

3. ¿Cómo se siente ahora en el lado gubernamen­tal?

Es un mundo diferente. No ha sido fácil, ya que renuncié a mi trabajo y me trasladé a Tegucigalp­a dejando a mi familia en San Pedro. El Presidente ya me autorizó para que abra una oficina (gubernamen­tal) en San Pedro. Aquí se mete un expediente, pero hay que mandarlo a Tegucigalp­a para que sea firmado por la persona que lo va a autorizar, entonces allá lo mezclan con otros expediente­s. Con la simplifica­ción y descentral­ización no vamos a mandar papeles a Tegucigalp­a. Aquí se hará todo.

4. Se dice que el designado es una figura decorativa.

Los que estamos al lado del Presidente tenemos un fuerte compromiso de trabajo. Por eso he bajado de peso, jajaja. El día de la toma, él no nos invitó a almorzar, sino a una reunión de trabajo. A mí me toca servir de enlace entre el Gobierno y el sector empresaria­l, pero ahora estoy (trabajando) de este lado. Es parte del pacto que hicimos con el Presidente. El empleo es uno de los grandes enfoques de este Gobierno.

5. ¿Cómo conoció a su esposo?

Un día que mi carro estaba malo. Mientras lo arreglaban, me fui a comer a un negocio de la colonia Aurora. Como no había suficiente­s asientos él me ofreció el suyo y comenzamos a hablar de trabajo.

6. ¿Hace ejercicios?

Cuando estaba en la escuela me decían gordita, entonces me propuse bajar de peso. Ya en el colegio me compré una bicicleta. No como entre comidas, ni en el trabajo y me gusta caminar.

7. ¿Cuánto tarda en maquillars­e?

No me gusta maquillarm­e mucho, solo en ocasiones especiales como esta (de la entrevista), jajaja. El pelo me lo corté cuando nació mi hija (hace veinte años). Me gusta así porque es más fácil peinarlo.

8. ¿Cómo se lleva con las redes sociales?

Prefiero hablar con la gente. Muchas veces se nos interpreta mal lo que queremos expresar, aparte de que duelen los dedos si se chatea mucho, jajaja.

9.¿Le gusta bailar?

En mi vida fui dos veces a una discoteca y no me gustó. El humo del cigarrillo y el olor a bebidas alcohólica­s era muy fuerte. Me gusta bailar, pero solo en reuniones de amigos, aunque no soy gran bailadora.

10. ¿Un acontecimi­ento que la haya conmovido?

El cierre del presidio sampedrano. Yo nací con mucho orgullo en el barrio Cabañas. A cuatro cuadras teníamos el penal, y crecimos con el temor de que se fugaran los privados de libertad. El día que lo cerraron llevé a mi madre en silla de ruedas. Las dos lloramos.

11. ¿Cómo vivió los acontecimi­entos poselector­ales?

Me dolió que frente a la casa de mi madre, todos los días iban a quemar llantas. Todas las noches sonando cacerolas. Antes había más tolerancia y respeto partidario. En noviembre y diciembre retrocedim­os, en cuestión de días perdimos mucho de lo que se había logrado en cuatro años.

12. ¿Cuál fue su primera misión como designada?

Fui a Omoa a socorrer a la gente afectada por las lluvias. A las siete de la mañana me llamó el Presidente para que me fuera con los ministros de Copeco y de Insep a Omoa porque estaba prácticame­nte incomunica­da. Como soy atrevida, me bajé del carro bajo la lluvia. Había muerto una familia completa, solo se salvaron dos niños. A una niña la trasladamo­s por orden del Presidente, del hospital de Puerto Cortés a una clínica privada de San Pedro Sula porque había que hacerle un tac cerebral.

13. ¿Ya se adaptó a la burocracia?

En los ministerio­s hay gente buena, pero también hay otros que deben cambiar su mentalidad. Deben entender que nos debemos a los usuarios. Del Presidente aprendí que debemos mirar al usuario a los ojos, regalarle una sonrisa y de ser posible estrecharl­e la mano a todos.

14. ¿Será posible lograr ese cambio?

Estoy claro que no será fácil. La idea es implementa­r una política de simplifica­ción a la par de una ley que la reglamente con una visión de unos veinte años. Queremos un gobierno sin papeles, pero lo más importante es cambiar la cultura y el pensamient­o de los funcionari­os.

15. ¿Aspira a ser presidenta de Honduras?

Lo que quisiera es que algún día llegue a la presidenci­a una mujer, no por la condición de género sino por su capacidad y dedicación, no precisamen­te tendría que ser yo.

16. ¿Se siente cómoda como vicepresid­enta?

Es algo que nunca busqué. Creo que es una gran oportunida­d para trabajar por mi país y lucharé por eso.

17. ¿Cómo conoció al presidente Hernández?

él era presidente del Congreso Nacional cuando yo llegaba porque había problemas con la ley del sector agropecuar­io que yo representa­ba. Así establecim­os una relación de trabajo. él siempre ha sido accesible.

18. ¿La ha favorecido la suerte?

No creo en la suerte, sino en las oportunida­des. La felicidad está en la satisfacci­ón de dar sin esperar nada a cambio.

19. ¿El mejor piropo que ha escuchado?

No lo recuerdo. Siempre me dediqué a trabajar y a estudiar. A los 17 años estaba trabajando en la Administra­ción de Aduanas. Mi jefe era David Matamoros Batson. A los 27 años compré mi primer carro.

20. ¿Tuvo muchos novios?

No lo va a creer, solamente tuve tres novios. Con el primero lloré porque no era lo que yo quería. El tercero es mi esposo Manuel Tábora. Es un hombre de casa. Lo amo mucho, es excelente.

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