Ha comenzado
El presidente Trump escribió en Twitter: “Nuestras industrias de acero y aluminio han sido diezmadas durante décadas por el comercio injusto y la mala política con los países del mundo”. Era el inicio. Para Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008, “las guerras comerciales son malas. Si alguien gana serán los países que consigan influencia geopolítica gracias a que Estados Unidos está echando a perder su reputación. Y eso significa que, en la medida en que alguien pueda emerger como vencedor de la guerra comercial de Trump, ese será... China”. Barry Eichengreen, profesor de Economía y Ciencias Políticas de la Universidad de California, explica que una guerra comercial comienza cuando un país toma acciones para restringir la entrada de uno o varios productos de importación de otra nación o de un grupo de naciones determinado. Puede ir “desde subir los aranceles hasta la prohibición de toda la importación de un producto. Como consecuencia, las naciones afectadas adoptan regulaciones similares en represalia que, posiblemente, provoquen nuevas medidas por parte del primer país”. Simon Lester, investigador del Center for Trade Policy Studies, con sede en Washington, considera que guerra comercial resulta un término muy problemático que puede significar muchas cosas a la vez. “Se trata, en realidad, de un amplio rango de conflictos comerciales, que pueden ir desde una simple limitación para la importación de un producto hasta una disputa política por una razón económica”. Señala que este tipo de disputa suele tener varias fases y puede llevar a una “escalada de tensiones”. “Es una especie de acción-reacción entre los países”, es así como la guerra comercial ha comenzado. Máster en Relaciones Internacionales y en Estudios Asiáticos