Diario La Prensa

Las bases para tener una vida plena

Esta es la segunda parte del tema de la semana pasada, donde les invito a descubrir la energía vital que mueve su vida.

- Consultora internacio­nal y asesora de imagen

¿Sabías que tú y yo tenemos un canal de informació­n muy certero y efectivo que hoy en día nos sería muy útil explotar y que, sin embargo, no utilizamos? Veamos: al encontrart­e con una persona -ya sea un viejo amigo, una compañera de trabajo, un familiar o alguien desconocid­o- observa la sensación sutil que aparece en tu pecho, siempre hay una reacción. Si eres consciente la detectas de inmediato. Por ejemplo, puede ser que el pecho se abra cuando la persona te agrada o la quieres y se contraiga al sentir su energía, juicio o rechazo. Monitoréat­e, detente en un cuadro de la escena como si de una película se tratara, ¿qué sientes?, ¿cómo es esa leve sensación que pocos aprecian? A lo largo del día nuestros sentidos absorben el mundo y cada una de las situacione­s que vivimos impactan nuestro estado interno. La tradición yogui, gracias a la práctica de las asanas, descubrió que tenemos siete centros de energía a los que llama chakras, estos se contraen o se expenden de acuerdo con una serie de factores. El que más conoces intuitivam­ente es el corazón. El corazón es un centro de energía que de manera constante controla el flujo de ésta al abrirse o cerrarse. Cuando lo abres expide un aroma muy agradable que atrae como nada en el mundo. En cambio, cuando lo cierras, el entorno se vuelve obscuro y hostil y nadie desea acercase a ti. Lo interesant­e es que la energía permanece ahí, solo que bloqueada. Si estás atento te darás cuenta de que sientes una ligera opresión en el pecho y un desencanto. En la antigua medicina china a esa energía le llaman chi, mientras en yoga le llaman shakti y en Occidente le llamamos energía vital, entusiasmo, espíritu y está a nuestro alcance siempre. Es como el aire, hay para todos sin importar la edad, la conducta, las creencias o la manera de pensar. Somos nosotros quienes podemos abrirnos a él o bloquearlo. Un buen trabajo de crecimient­o interior es mantenerno­s abiertos a dicha energía, sin importar con quién estemos o la situación que se presente.

Lo más valioso. Partamos de que la vida sin energía no es vida. La energía es, después de la vida, lo más valioso que poseemos. Si alguna vez te has sentido sin ella por completo, sabrás que la vida carece de propósito, no tienes ganas de trabajar ni de levantarte de la cama. Entonces tener o no este tipo de energía interna es una decisión personal. ¿ Qué tanto entusiasmo quieres sentir por lo que h ac e s? , ¿ qué tanto amor quieres experiment­ar?, ¿ qué tan plenamente deseas vivir? Cuando te cierras ante algo o alguien, te cierras no solo a la persona o a la situación, sino a toda la fuente de energía que da un agradable aroma a tu vida. Todos lo he- mos vivido. Durante una mañana, nuestro corazón puede convertirs­e en un acordeón y en la tarde, sin saber por qué, nos sentimos cansados. No dejemos al azar algo tan importante como nuestra energía. La clave para una vida plena es mantenerte abierto, así de simple y así de complejo. Mantener el corazón abierto para dar y abastecern­os de amor, de entusiasmo por la vida y de esa energía interna. Adquirir esta habilidad requiere un entrenamie­nto como cualquier otra disciplina física o mental. Es cuestión de poner atención a la energía sutil, a la informació­n que emana del corazón para crear la conciencia de mantenerlo siempre abierto. ¿Qué aroma tiene tu energía? ¿lo has pensado?

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