Sergio Moro, el juez que “cazó” a Lula da Silva
LEY. Este juez de 49 años removió los cimientos de la corrupción con la operación “Lava Jato”
RÍO DE JANEIRO. Un luchador contra la corrupción endémica en Brasil o un justiciero puritano que criminaliza la política: esas imágenes se proyectan sobre el juez Sergio Moro, que dio su “gran golpe” al ordenar detener al expresidente Lula da Silva. Pasaron por su juzgado presuntos intocables de las finanzas y del apolítica brasileña, de izquierda, de centro y de derecha. En todo caso, aquellos que no gozaban de fueros privilegiados gracias a sus cargos ministeriales o legislativos. Y Lula se convirtió en su presa mayor. Moro nació hace 45 años en Maringá ( Paraná) y allí se licenció en Derecho, convirtiéndose en juez en 1996. Doctor y profesor universitario, completó su formación en la prestigiosa Harvard. Muchos de sus pares lo definen como un magistrado rápido para decidir, preparado y resuelto. Sus detractores lo juzgan abusivo en el uso de las prisiones preventivas o de las delaciones premiadas. Fascinado por descifrar los caminos del dinero sucio, al astro de la justicia brasileña siempre le deslumbró la histórica operación “Mani Pulite” ( Manos Limpias), que desarticuló una compleja red de corrupción en la Italia de los 90. Moro está casado con Rosângela Wolff, una ardiente defensora de su marido en las redes sociales, con quien tiene dos hijos.