Ya sabemos quién paga el almuerzo
Hace unas cuantas semanas escribí sobre si alguien tenía idea de dónde provenían los ingresos de servicios altamente complicados y costosos de Facebook. Diariamente miles de millones de comunicaciones, fotografías, documentos, videos, correos de voz son transmitidos por esas y otras redes sociales. Costos de operación altísimos que no pueden ser pagados con los pocos anuncios que, en relación a su tamaño, publica Facebook. Las acciones de Facebook (propietaria de WhatsApp, YouTube y otras redes) subieron hasta convertirla por algún tiempo en la empresa más valiosa del mundo, arriba de Toyota, General Motors o Amazon. Algo sorprendente porque Facebook no fabrica nada, no vende nada y no cobra nada a sus usuarios. ¿De qué vive Facebook, de dónde provienen esos ingresos que la hacen convertirse en algo tan valioso? Yo dije, entonces, que lo más posible es que estuvieran vendiendo información sobre sus usuarios. El requisito para disfrutar gratis de sus servicios es brindarles nuestra información personal, que puede ser confidencial, la cual obviamente se ve ampliada cada vez que enviamos un documento, ordenamos una comida, tomamos una foto o exponemos nuestros pensamientos íntimos en una conversación privada. Con más de dos mil millones de suscriptores, Facebook posee cantidad incalculable de datos, los cuales en un instante le pueden decir cuál es la bebida preferida, la tendencia de las compras a futuro del petróleo y hasta qué servicios médicos y dónde contratarlos. Piense, ¿para qué tantos “likes”? Pues son encuestas disimuladas para saber lo que piensa la gente sobre determinados temas. Cada día recoge y actualiza información sobre política, negocios, religión, deportes, etc. Una de las respuestas es: Los ingresos provienen de la venta de información. Información privada, confidencial que Facebook vende al mejor postor. Pero nadie lo creía posible. Es más, parecía un sacrilegio dudar de la virtuosidad de Facebook y su presidente, un muchacho llamado Zuckemberg. Pero, de repente, de la nada, nos damos cuenta que por medio de Facebook una compañía llamada Cambridge Analytica había manipulado los datos personales y confidenciales de ochenta y cinco millones de usuarios. Todavía no se determina si esa información fue vendida o robada, pero de cualquier manera fue de Facebook de donde salió. Ya sea por negligencia -o porque vendieron la información- el asunto es terrible, pues la misma credibilidad de Facebook –y por ende de todas las redes sociales-depende de la discreción con que se manejen los datos que se le confían. Para completar de desnudar las prácticas de Facebook salió a la luz el llamado “memorando horrible” enviado por su vicepresidente Andrew Bosworth, que decía: “Debemos conseguir más usuarios, muchos más, aunque en el camino algún muchacho muera víctima del “bulling” o un grupo terrorista aproveche nuestra información para efectuar algún atentado”. En el caso de redes sociales ya sabemos quién paga el almuerzo; lo pagan los usuarios, usted, regalando información confidencial que Facebook vende o utiliza para sus poco éticos fines comerciales. Depende ahora de los usuarios buscar otros medios donde sus interioridades no sean vendidas a traficantes de información. Seguiremos informando
“POR MEDIODE FACEBOOK, LOS DATOS PERSONA LES DE 85 MILLONES DE PERSONAS FUERON MANIPULADOS"