Los riesgos de ser periodista
Hace 25 años cuando comencé a dar mis primeros pasos en el agitado, apasionante y ahora peligroso mundo del periodismo, no contábamos con el internet y las herramientas informáticas y digitales que en estos tiempos facilitan la labor reporteril, al punto que ahora hay programas que permiten transcribir el contenido textual de una entrevista sin que el periodista se esfuerce en escucharla y analizar su contenido. Además, los riesgos en aquel entonces no pasaban de una buena insultada, el ostracismo y la expulsión de la fuente por parte de un funcionario molesto por alguna publicación que no era de su agrado. Hoy el periodismo ha cambiado en todos los sentidos, nuevas formas de presentar la información, nuevas plataformas para facilitar y hacer accesible la información a los usuarios, nuevos modelos de negocios y por supuesto mayores peligros para aquellos periodistas que metemos las narices donde no debemos para llevar la noticia exclusiva y de primera mano para nuestros públicos. La corrupción pública, el crimen organizado, el narcotráfico, las pandillas y las mafias que operan en la clandestinidad se han convertido en los principales peligros y desafíos para los trabajadores de la prensa en Honduras y el continente. Al cabo de esta semana hemos recibido con estupor, indignación y repudio el asesinato de los tres integrantes del equipo periodístico del diario El Comercio de Ecua- dor, el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, secuestrados el 26 de marzo en la provincia de Esmeraldas, frontera con Colombia, supuestamente por disidentes de las FARC. Sus muertes en esas circunstancias representan un duro golpe a la libertad de expresión y al periodismo latinoamericano. Solo en 2017 fueron asesinados 42 trabajadores de prensa en nueve países de América Latina, cinco de ellos en Honduras, considerado uno de los países más peligrosos para la prensa en el mundo.Bajo el denominador común de la impunidad absoluta, los periodistas y sus familias viven estresados y temerosos porque cualquiera puede ser la próxima víctima.
“LOS PELIGROS PARA LOS PERIODISTAS AUMENTARON POR LACORRUPCIÓN, ELCRIMEN YEL NARCOTRÁFICO”