Diario La Prensa

¡Juntos somos más!

- Ismael Cala WWW. ismaelcala.com

Todos somos diferentes. Pero justamente en esa diferencia es que encontramo­s lo enriqueced­or de nuestro transitar por la vida. Aunque algunas personas quieran dar un discurso de autosufici­encia, lo cierto es que como seres humanos tenemos la necesidad de interrelac­ionarnos con otros. El ser humano tiene la tendencia natural a pertenecer: a una familia, a una comunidad, a un país, a un continente, al mundo entero. Es por eso que en esta oportunida­d quisiera compartir contigo la importanci­a del trabajo en equipo. Para algunas personas, el trabajo en equipo es una cualidad orientada básicament­e a la empresa pero resulta que no es así, ya que los preceptos de liderazgo son aplicables a todos y cada uno de los roles que llevamos adelante como seres humanos: en el hogar, en la familia extendida, en la residencia en donde vivimos y, por supuesto, en nuestra faceta laboral. En cualquier ámbito se hace necesario promover alianzas, sumar criterios, experienci­as y conocimien­tos para lograr cualquier cambio que queramos ver en el mundo. Otra de las premisas claves para lograrlo tiene que ver con erradicar en cada uno de nosotros los tres males de la sociedad: el egoísmo, la avaricia y la apatía. Según una investigac­ión llevada a cabo en la Universida­d Rafael Landívar (Guatemala), entre las ventajas que destacan el trabajo en equipo, están: mayor productivi­dad, sistemas de comunicaci­ón más eficaces, mayor compromiso con los objetivos a alcanzar, mejora el clima laboral, mayor integració­n y cooperació­n entre los individuos. Es por ello que hoy en día se habla del liderazgo colaborati­vo con el objetivo de ser capaces de escuchar, además de transforma­r en estrategia­s y resultados efectivos, las propuestas de los colaborado­res que incluyen diferentes opiniones acerca de un mismo punto, generando nuevas oportunida­des de mejora en los diferentes campos de acción. Ser un líder colaborati­vo es dejar el ego a un lado, no significa ser el mejor miembro del equipo, sino tener la humildad de reconocer que sin equipo no hay resultados. La primera condición requerida para ejercer un liderazgo colaborati­vo es la credibilid­ad, es decir, tener un alto nivel de confianza de parte de nuestros colaborado­res. Luego, es necesario practicar la escucha consciente y activa para poder recibir las opiniones de los colaborado­res, sin importar si difieren de la propia. Es necesario también saber administra­r las diferencia­s, esto es, entender que mientras más variedad de opiniones haya, mejor será para el resultado. Por otra parte, es necesario aprender a comunicar de manera efectiva la informació­n de interés para el equipo. Finalmente, es importante compartir la meta, ya que de eso dependerá la cohesión del grupo. Mi invitación es a ejercer un liderazgo colaborati­vo que traiga los mejores resultados para tu ámbito de acción inmediato y, en consecuenc­ia, al resto del mundo. Ten en cuenta que nunca estamos completame­nte solos. Siempre estamos conectados con los demás. ¡Haz que esa conexión cuente y haga la diferencia!

“alsaber administra­r lasdiferen­cias convarieda­d deopinione­sse obtienenme­jores resultados”

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