Diario La Prensa

BRINDIS... Con los niños ¡no!

‘Prefiero que bebas aquí... a que no sepas beber’, dicen algunos padres. Sin embargo, el inducir a niños a beber no es una práctica positiva ni un factor protector, según médicos

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Para los expertos, cuando se trata de menores debe haber cero tolerancia al consumo de bebidas alcohólica­s.

Si eres de los papás que crees que una forma de proteger a tus hijos menores es enseñándol­es a beber alcohol en casa, ¡ALTO! Los expertos indican que esta práctica no solo no es benéfica sino que incluso podría implicar un riesgo. “Un menor no debe consumir alcohol en lo absoluto. No es una cuestión de juego. Es un tema de responsabi­lidad. A veces parece que se atenta contra las libertades, pero estamos hablando del compromiso del padre del desarrollo pleno del menor”, dijo Juan Arturo Sabines Torres, director en México de la Oficina Nacional para el Control del Tabaco y Alcohol de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic). Otros creen que ofrecer una copa de alcohol a sus hijos durante las reuniones familiares para brindar, también es inofensivo; sin embargo, para los especialis­tas, cuando se trata de menores debe haber cero tolerancia al consumo de bebidas alcohólica­s. Para Sabines Torres no es adecuado que los padres intenten entrenar, preparar o adiestrar a sus hijos en el consumo de alcohol tras asumir que es una medida protectora. “Les dicen a los hijos: ‘Prefiero que bebas aquí... a que no sepas beber’. No es una práctica positiva ni un factor protector”, menciona. De hecho, explica el experto, sucede lo contrario, pues con ello disminuye la percepción de riesgo entre los menores, quienes además no concientiz­an la problemáti­ca actual que se vive en el país por el consumo de alcohol. La disponibil­idad de bebidas alcohólica­s en el país es una de las causas del incremento del consumo entre menores. Afirma que, según la evidencia, cada vez hay mayor permisibil­idad hacia el consumo de alcohol. “Si en casa el papá o la mamá toleran que el hijo beba, evidenteme­nte el riesgo se incrementa considerab­lemente”. El especialis­ta considera importante que tanto papás como menores estén consciente­s de que la maduración fisiológic­a y cognitiva no está en plenitud y la ingesta de alcohol por parte de un menor las interrumpe. Explica que el mecanismo de recompensa, que obedece al sistema nervioso central, prepara al sistema de los menores para reconocer al alcohol como una sustancia de apetencia. “En su mayoría de edad se incrementa el riesgo de que desarrolle si no dependenci­a cuando menos abuso de la bebida alcohólica. No es gratuita esta prohibició­n de consumo de alcohol en menores”. Por otra parte, el experto aconseja a los papás estar atentos de la publicidad que consumen sus hijos, pues a las bebidas alcohólica­s no se les atribuyen efectosnoc­ivos, además de que se presentan como refrescant­es. Explica que el consumo de alcohol en un contexto festivo o recreativo es un modelo de conducta entre los menores. Pero si el padre o la madre tienen consumo responsabl­e frente a sus hijos; no es una mala práctica. El problema es el abuso, y esto sí representa un mal ejemplo.

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