Raúl y su fantoche
En sunovela histórica“La Fiesta del Chivo ”, el nobel de literatura M ario Vargas L los a describe los últimos días de Rafael Leo ni dasTrujil lo, quien por más de 30 años impuso una brutal dictadura en la caribeña isla de República Dominicana a mediados del siglo pasado. En una parte del relato, el genial escritor peruano da especial atención al personaje de Jo aquín Balaguer, sumiso y adulador colaboradorde Trujillo, a quien este impuso como presidente fantoche, aunque en la práctica el tirano siguió manejando los hilos del poder económico, político y militar del país hasta el día desumuerte. Lanovelade Vargas L los a es una combinación de ficción y verdad con personajes reales y ficticios que re trata un período oscuro y sangriento de la historia de República Dominicana. Volviendo a nuestra realidad, estasemanaen Cuba, Raúl Castro delegó el poder a su aliado y fiel discípulo Miguel Díaz- Can el, un político y burócrata cuba no hasta ahora desconocido, formado en las juventud es comunistas, bajo la rigurosa línea del partido comunista y los postulados de la revolución cuba na. La aparente transición generacional del poderenCuba, trascasi 60 añosde control absoluto delos hermanosFid el yRaúl Castro sobre la vida dedos generaciones de cuba nos, despertó las expectativas de un posible cambio y una mayor apertura de la isla hacia la democracia, el pluralismo político ya una economía de mercado. Sin embargo, en su discurso de asunción, Díaz- Can el se encargó de disipar cualquier esperanza del adiás por a cuba na y el mundo al dejar muy claro queRaúl Castro seguirá encabezando las decisiones en Cuba y continuará al frente del Partido Comunista hasta2021. Esdecir, queRáulseguirá siendo el poder detrás del trono y, él, un simple presidente fantoche. En otraspalabras, lascosas, porlomenos ahora, no cambiarán en Cuba, pues a juzgar por el discurso con t in u is ta del nuevo presidente, seguirán imperando la falta de libertades, la represión y vigilancia a los opositores al régimen, la ausencia de libertad de expresión y de prensa, la no participación de otros partidos en la vida política y el aumento de los presos políticos. Así que, cualquier parecido con la novela la Fiesta del Chivo y la realidad de la Cuba de hoy, es pura y mera coincidencia