Diario La Prensa

Trabajo de hombres, mujeres y niños

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1 Los hombres han sido siempre pescadores

Los hombres de Bajamar y Travesía van todos los días al mar a pescar. Los peces logrados durante la jornada los comerciali­zan en la aldea y en el centro de Puerto Cortés.

2 Las mujeres venden pan de coco

Gran parte de las mujeres garífunas, además de realizar actividade­s domésticas, se dedican a hacer pan de coco. Los hijos de estas salen a vender el pan por las calles de la aldea.

no crear fuentes de empleo y dinamizar la economía de la aldea. Gran parte de los jóvenes, como los que trabajan con Aguilar, laboran como albañiles o se dedican a la pesca.

Negocios. Los garífunas sueñan con convertir a Bajamar en un destino turístico importante y para alcanzar esa meta tienen previsto comenzar a desarrolla­r pequeños negocios frente a la playa. Para el caso, antes de Semana Santa, la comunidad inauguró un bar y restaurant­e llamado Vistamar. Este negocio le costó al inversioni­sta más de un millón de lempiras. En Vistamar, cuyos propietari­os viven en Estados Unidos, atiende a los visitantes Jason Los habitantes de estas dos aldeas desarrolla­n todas las actividade­s cotidianas comunicánd­ose en garífuna. Hablan español solo con quienes no son de esta etnia.

Máximo, un joven garífuna de 22 años que estudió mecánica automotriz, pero no encuentra un trabajo en Puerto Cortés o municipios vecinos. Máximo vende en Vistamar sopas marineras, sopas de caracol, platos de camarones, pescado frito y también pollo. “Yo trabajo aquí y también voy a pescar. Nosotros salimos adelante pescando. Si hay una buena pesca, podemos ganar L500, pero a veces solo conseguimo­s para la gasolina. Peo si abren negocios de este tipo, más personas tendrán trabajo”, dice. Máximo también ha vivido fuera del país, en México y Guatemala. Su madre, Nohemí, tiene 4 años de residir en España, desde donde manda dinero.

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