Raúl CastRo, el arquitecto de la revolución de Fidel en Cuba
El jueves 19 le dijo adiós a la era de los Castro. Por primera vez en seis décadas un cubano que no lleva ese apellido dirigirá el país
Antes que revolucionario, Raúl Castro fueunniñotravieso que preocupó a sus padres. “Yo me ocupo de él”, les dijo su hermano Fidel, sin prever que sería el guardián de su legado socialista. Hoy, a sus 86 años, se alista a dejar el mando en Cuba tras impulsar cambios históricos. Hábil negociador y militar implacableparaliquidarasusenemigos, tuvo clarosupapel.“Fidelesinsustituible, salvo que lo sustituyamos todos juntos”, dijotrasreemplazarlointerinamente en 2006 cuando su hermano enfermó. Desde las sombras, fue clave para conseguirelapoyodelaUniónSoviéticatraseltriunfodelarevoluciónen 1959, gracias a amistades que labró en sus viajes juveniles. Pero ya tenía otras hazañas. Fue quien arrebató la pistola a un sargento para liberar a sus compañeros luego del fallido asaltoalCuartelMoncadaen1953. El menor de los siete hermanos Castro Ruz, a sus cuatro años pidió a su madredejarsunatalBiránparareunirse con Fidel, quien asistía a la escuela enSantiagodeCuba(oriente).“Lloró, pataleó, insistió tanto que ella tuvo que dejarlo”, recordó el propio líder delarevolucióncubana, segúnconstaen“CienHorasConFidel”, deIgnacio Ramonet. Fue Fidel, cinco años mayor, quien le inculcó la lectura y el hábito del estudio.
El “aterrizador” de sueños. “Fue una asociación p olí tic a.Fid el no labró esa relación con otro hermano. Raúl se convierte en segundo tras la muerte de otros revolucionarios( que le antecedían )”, explica el politólogo cuba no Arturo López Levy. Tras derrocar a Fulgencio Batista, mientras Fidel se encargaba de las funciones guber- namentales, Raúl estructuraba los dos pilares institucionales de la revolución: el Partido Comunista y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), necesarias para sus planes. Histórico ministro de Defensa, Raúl comandó por 50 años las FAR y transformó un ejército de rebeldes idea listas en un eficiente aparato militar que llegó a contar con 300,000 efectivos. Han sido el pilar de la economía, controlando actividades productivas. “La relación fue de jefe y lugarteniente. En ese caso Raúl Castro se convierte en el aterrizador de los sueños de Fidel. Fue el arquitecto institucional de la revolución”, explica López-Levy, coautor del libro “Raúl Castro and the New Cuba: A Close-Up View of Change”. - Cambiar lo que tiene que cambiar - Su carismático hermanoFid el lideró un país que afrontó una dura crisis económica tras la desintegración de la Unión Soviética. Todo ello en medio de un férreo embargo estadounidense. Parco y menos expresivo, Raúl asumió la presidencia en 2008 y empezó a modificar lentamente el modelo. Dio apertura a inversiones extranjeras, a negocios privados ya la compra y venta de in muebles. También permitió los viajes de cubanos al exterior .“Comparado con el carisma de Fidel, el carisma de Raúl equivale al de una botella de agua mineral sin gas. Eso lo obligaba a hacer re formas porque el sistema no era sostenible sin Fidel y sin cambios”, agrega López-Levy. A finales de 2014 remeció al mundo al anunciar el restablecimiento de la relaciones diplomática s con Washington, rotas por más de medio siglo. Fue anfitrión de los papas Ben edicto X VI yFrancisco(Fid el había recibido aJ uanPabloII en una histórica visita de 1998). En 2016 Raúl recibió a Barack Obama y ayudó a firmar la paz con las FARC de Colombia. Luego anunciaría enTV la muerte de Fidel. En 2017 ratificó un plan para continuar actualizando el modelo económico y “cambiar todo lo que deba ser cambiado”, consigna que el propio Fidel fijó como concepto de “revolución”. Con la llegada de Donald Trump y la restitución del lenguaje duro desde Estados Unidos, Raúl se atrinchera en el Partido Comunista desde donde dará batalla y será el garante de su sucesor.
Divertido peroimp laca ble.Raúl, hombre de familia, estuvo casado 48 años con Vilma Espín, su compañera de armas fallecida en 2007. Tiene tres hijas-entre ellas la diputada Marie la Castro-y un varón-el influyente coronel Alejandro Castro -, nueve nietos y una bisnieta. Puede alternar el uniforme, el terno y la guayabera y gozar de la lealtad absoluta del cuerpo militar y de los viejos revolucionarios.