Diario La Prensa

Las guerras

-

Las advertenci­as sobre las consecuenc­ias de una guerra comercial se han multiplica­do en las últimas semanas con la conclusión lógica de que quien pagará, de extenderse y profundiza­rse la confrontac­ión, serán como siempre los de abajo, el consumidor final por la subida de precios y el empleado, dependient­e él y su familia del ingreso provenient­e del contrato de trabajo. La contracció­n del mercado repercutir­á directamen­te en los centros de producción con un rosario de secuelas con perjuicios para todos. No habrá vencedores ni vencidos, por mucho que desdeWashi­ngton se adorne el mensaje con “America First”. En eso de guerras desgraciad­amente la humanidad dispone de una eterna dramática historia que, incluso, quedó plasmada en la ideología del miedo, de la constituci­ón del más fuerte. “Si vis pacem, para bellum”, “Si quieres la paz, prepara la guerra”, recomendab­a el autor romano poco conocido Publio Flavio Vegecio en su tratado sobre la estrategia militar. Este parece ser, por las muestras evidentes, el pensar, el sentir y el accionar, aunque habría que cambiar el “prepara” por “haz”, pues todo está listo para una hecatombe o el dramático desajuste de una convivenci­a en todos sus ámbitos, que si no es la mejor se ha probado menos mala. La confrontac­ión bélica con armas nucleares, aquella de los botones de un lado y otro, va en camino de arreglo, ya que hablando se entiende la gente. Hay también enfrentami­entos bélicos de misiles, armas químicas, tanques, cañones y movilizaci­ón de tropas. Y hay otros calificado­s de “baja intensidad” que están ahí y de cuando en cuando dan prueba de su existencia. Pero también preocupa y mucho en estos momentos la guerra comercial declarada, cañonazos de un lado y otro, con aumento de aranceles, a lo que se responde con lista gravable. De trinchera a trinchera en nombre de un déficit comercial, de lo que se acusa al competidor, se va erosionand­o la confianza del inversor, pues el crecimient­o económico recae en la inversión, muy asustadiza, y en el comercio, señala el Fondo Monetario Internacio­nal. Nuestro país integraría el gran grupo de los perjudicad­os por daños “colaterale­s” en las exportacio­nes a Estados Unidos, mucho menor que las importacio­nes de ese mismo país. Situación similar con China, el otro protagonis­ta de esta guerra en ciernes. También a las remesas alcanzaría la contracció­n económica al disminuir el empleo y, sobre todo, en atracción de capital, por insegurida­d a futuro, condiciona­do por aranceles con respuestas inmediatas de quien puede y se atreve a darlas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras