El crimen nuestro de cada día
Frecuentemente son publicadas cifras sobre la reducción del número de asesinatos por cada cien mil habitantes, ¡qué bueno! No obstante, la mayoría están relacionados con el crimen organizado o asociaciones delictivas en primer lugar y, luego, a una considerable distancia, crímenes pasionales o de odio. Es algo bueno a nivel de estadísticas, pero soy del criterio que la mayoría de esos crímenes en realidad no tienen que ver con el común de la gente. Me gustaría que publicaran datos reales sobre el robo de celulares, carteras femeninas, computadoras y tabletas, asaltos en taxis y buses, en las calles, mercados y hasta en centros comerciales de clase media-alta. ¿Están reduciendo? No lo creo, más bien parecen aumentar día con día. Es en el robo a residencias, baterías de carro, motos, mochilas y carteras en cualquier parte de las ciudades y pueblos donde se sabe realmente el país en que vivimos. Es en paradas de buses, pulperías de barrio y calles populares donde se debe medir el nivel real de inseguridad general de la población normal. Cierto que es horrible ver encostalados aparecer por aquí y por allá con alarmante frecuencia, pero la mayoría de esos muertos no son ciudadanos corrientes. Esos asesinatos están relacionados con venta de drogas, extorsión y delincuencia organizada. Son ajustes de cuentas, luchas territoriales y rivalidad en el submundo, en los que no participa la mayor parte de la población, aunque alguna vez alguien pueda estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado y encontrar su fin. ¿Qué porcentaje del presupuesto de seguridad ciudadana se invierte en la lucha contra el narco y el crimen organizado y cuál en cuidar a la ciudadanía normal? Son cifras que no tenemos y que sería bueno conocer, precisamente porque la generalidad del pueblo es la que debería llevar una vida normal, con un mayor grado de seguridad. Y a esa gente -nosotros- es a la que le pega más duro el crimen nuestro de todos los días. Siempre he recomendado a las autoridades que hagan esta prueba: vístanse de civil, salgan a la calle sin protección, suban a un bus, viajen en un taxi, visiten un mercado o hagan fila para tratar de obtener medicinas en algún hospital. Ahí se darán cuenta de la realidad diaria que enfrenta el pueblo. Quizá entonces podrán establecer qué tiene prioridad: reducir los asesinatos entre bandas de delincuentes organizados o ayudar a la población a vivir con menos intranquilidad. Vuelvan a ver para abajo, el pueblo, los ciudadanos normales necesitan que se les proteja. Creo que todos preferiríamos que se invirtiera más en cuidar a los ciudadanos del crimen diario, aunque se produzca un poco más de muertes en guerras de pandillas, al fin de cuentas el que anda en el negocio del crimen debe saber a lo que se atiene. Es bueno publicitar en el exterior datos sobre la reducción de los asesinatos en Honduras, lamentablemente aquí dentro nunca han publicado las del crimen nuestro de todos los días, el cual afecta a la mayor parte de la población.
“prioridad: reducirloS aSeSinatoS entrebandaS criminaleSo recuperarla Seguridadparala población”