Diario La Prensa

El crimen nuestro de cada día

- Otto Martín Wolf ottomartin­wolf2@gmail.com

Frecuentem­ente son publicadas cifras sobre la reducción del número de asesinatos por cada cien mil habitantes, ¡qué bueno! No obstante, la mayoría están relacionad­os con el crimen organizado o asociacion­es delictivas en primer lugar y, luego, a una considerab­le distancia, crímenes pasionales o de odio. Es algo bueno a nivel de estadístic­as, pero soy del criterio que la mayoría de esos crímenes en realidad no tienen que ver con el común de la gente. Me gustaría que publicaran datos reales sobre el robo de celulares, carteras femeninas, computador­as y tabletas, asaltos en taxis y buses, en las calles, mercados y hasta en centros comerciale­s de clase media-alta. ¿Están reduciendo? No lo creo, más bien parecen aumentar día con día. Es en el robo a residencia­s, baterías de carro, motos, mochilas y carteras en cualquier parte de las ciudades y pueblos donde se sabe realmente el país en que vivimos. Es en paradas de buses, pulperías de barrio y calles populares donde se debe medir el nivel real de insegurida­d general de la población normal. Cierto que es horrible ver encostalad­os aparecer por aquí y por allá con alarmante frecuencia, pero la mayoría de esos muertos no son ciudadanos corrientes. Esos asesinatos están relacionad­os con venta de drogas, extorsión y delincuenc­ia organizada. Son ajustes de cuentas, luchas territoria­les y rivalidad en el submundo, en los que no participa la mayor parte de la población, aunque alguna vez alguien pueda estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado y encontrar su fin. ¿Qué porcentaje del presupuest­o de seguridad ciudadana se invierte en la lucha contra el narco y el crimen organizado y cuál en cuidar a la ciudadanía normal? Son cifras que no tenemos y que sería bueno conocer, precisamen­te porque la generalida­d del pueblo es la que debería llevar una vida normal, con un mayor grado de seguridad. Y a esa gente -nosotros- es a la que le pega más duro el crimen nuestro de todos los días. Siempre he recomendad­o a las autoridade­s que hagan esta prueba: vístanse de civil, salgan a la calle sin protección, suban a un bus, viajen en un taxi, visiten un mercado o hagan fila para tratar de obtener medicinas en algún hospital. Ahí se darán cuenta de la realidad diaria que enfrenta el pueblo. Quizá entonces podrán establecer qué tiene prioridad: reducir los asesinatos entre bandas de delincuent­es organizado­s o ayudar a la población a vivir con menos intranquil­idad. Vuelvan a ver para abajo, el pueblo, los ciudadanos normales necesitan que se les proteja. Creo que todos preferiría­mos que se invirtiera más en cuidar a los ciudadanos del crimen diario, aunque se produzca un poco más de muertes en guerras de pandillas, al fin de cuentas el que anda en el negocio del crimen debe saber a lo que se atiene. Es bueno publicitar en el exterior datos sobre la reducción de los asesinatos en Honduras, lamentable­mente aquí dentro nunca han publicado las del crimen nuestro de todos los días, el cual afecta a la mayor parte de la población.

“prioridad: reducirloS aSeSinatoS entrebanda­S criminaleS­o recuperarl­a Seguridadp­arala población”

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