Fuego y furia
No sé exactamente en qué momento la política se convirtió en un circo, pues aunque no se trata de dar por sacrosanto un oficio tan mundano, pero la verdad esquela política se está convirtiendo cada vez más en unespectáculo, dondelapoblación aparece como meros consumidores de un espectáculo burdo, vulgar y conpocosentido. En la sociedad sume ria, unadelas primitivas formas de organización democrática de la sociedad estaba dividida en cuatro clases sociales: Losnobles, loscomuneros, los clientes y los esclavos, teniendo como una de ellas sus funciones ysusprivilegios, peromeparece bastante parecido con nosotros, la tercera y cuarta clase. Los clientes y los esclavos, que aunque la palabra cliente no tenía la connotación que hoy tiene en nuestros días, lo cierto es, que somos como clientes de un desagradable espectáculo en que se ha convertido la política. Otrora parecen haber quedado los tiempos en que la política norteamericana era, no solo para los propios norteamericanos sino para Latinoamérica, algodistintivoy distinguido, algo delo que se podía aprender a cómo decidir, cómo determinar lo justo y sobretodo, cómo ajustar la política a una escala de valores que convirtió la presidencia de los Estados Unidos en una institución respetable para los estadounidenses y que contaba con la admiración de su pueblo. Comodijealinicio, novamosa convertir en sacro algo tan humano, tan ma qui avélico como lapo lítica, ni tampoco a creer que allí en el campo político no suceden cosas que nos producirían náuseas, lo que queremos decir es que siempre ha habido un recato, una norman o escrita pero aceptada como regla para guardarmesura, paracerrarboca, para medir palabras. Pero ahora, el campo político parece haberse convertido en parte del espectáculo mediático al que tanto nos estamos acostumbrando. Dequéchismear, dequéreír, de qué comentar y nada más. Esto no deberíaserasí, lapolíticacomo ciencia y como servicio no puede ser eso, la política pública no puede presentarse como ese espectáculo circense que nos hace reír y nos puede producir náuseas, la política no solo administra, también transmite conductas y produce valores. Sinofueraasí, elEstadomismo sería solo una par odia de una buena administración, unbuenchiste donde todos nos reímos solo para volveraenojarnos. Perono, noesasí ynodeberíaserasí. Cuando conductas políticas públicas son denunciadas, escritas como en Fuego y Furia y son toleradas y no producen más que cierto mal estar al estómago o cierto fruncir del rostro, entonces se está transmitiendo desde la escena política pública un sentido de relativismo donde todo se puede hacer y tolerar, donde no queda espacio para la conducta correcta, proba y honesta, los espacios para el que hacer político serio, mesurado, decente y congruente con los intereses de los mandatarios es solo un cliché más para la sociedad. Son tiempos de difíciles y de muchos cambios, de caída de paradigmas y de recambio sen la política, lo sabemos, tenemos que aprender a navegar entre el pop ulismo económico, el pop ulismo mediático y las mentiras llanas, pero lo cierto esquela democracia sufrirá serias consecuencias con estas conductas y los políticos tarde o temprano tendrán esa factura sobre sus mesas. Solo esperamos que el pueblo norteamericano con su escala de valorespúblicos, quesontambién del apolítica, sepa adecuara estos tiempos en su democracia, sin mayores daño sala misma y tratando de salva guardar todo e llegado para su propio pueblo y para el mundo.
tenemosque a prendera navegarentre el populismo económico, mediático y las mentiras llanas.