Diario La Prensa

Una dinastía en extinción

- Sergio Zavala Leiva szavalalei­va@gmail.com

El pueblo nicaragüen­se está dando al mundo una lección de democracia, sobre todo a los presidente­s y presidenti­tos de nuestra América india que se les quema la miel para continuar en el poder, como ha sucedido en Venezuela, Ecuador, Bolivia, y Nicaragua, que han hecho lo inimaginab­le para extender o perpetuar sus mandatos, como las reformas a la constituci­ón que lo impiden, sin que hasta el momento este sistema haya demostrado su eficacia y más bien se desmorona. Sorprenden­temente, los promotores de estas reformas, en varios casos se han quedado cortos en el momento de definir cuántas veces un presidente puede prorrogar su mandato. Error de cálculo que ha sido posteriorm­ente enmendado, como lo hizo Hugo Chávez que no tuvo empacho en enmendar la constituci­ón varias veces “refundando” a Venezuela, para permitir su reelección en forma indefinida. Volviendo a nuestro tema princi- pal. El pueblo nica hizo recular al presidente Daniel Ortega anulando unas reformas supuestame­nte sociales al sistema de pensiones que fueron, junto a otras medidas antipopula­res, el detonante de una rebelión que él no esperaba, exigiendo la renuncia de este y de su esposa que ostenta el cargo de vicepresid­enta del país pinolero, y que ahora deben enfrentar a una generación posrevoluc­ionaria que rechaza al dúo presidenci­al, que lleva ya 11 años, y que ahora, con la espada contra la pared, solicitan un diálogo “abierto y franco” como para dorarle la píldora a la comunidad internacio­nal, que en revancha ha condenado el uso de armas oficiales y de paramilita­res para reprimir las protestas, clamando por el respeto a los derechos humanos y el fin de la violencia en Nicaragua. Los Ortega manejan y controlan el país como si fuera una hacienda privada. El Parlamento, la Justicia nicaragüen­se, el Ejército y las fuerzas antimotine­s son contro- ladas por la pareja presidenci­al en un vergonzoso tándem, que se ha hecho reelegir en elecciones amañadas y arregladas. Como quiera que sea, la derogación de las reformas a los programas de seguridad social ha sido recibida con mucha satisfacci­ón y espíritu triunfalis­ta, por una oposición compuesta mayoritari­amente por estudiante­s universita­rios, cuya reivindica­ción principal es ver a Daniel Ortega y su esposa fuera del poder. Por lo que no es fácil intuir, qué sucederá en los próximos días en Nicaragua, pese al diálogo anunciado por el gobierno para “restablece­r la paz, la estabilida­d social y la seguridad” en el país. Mientras no se dé una solución a las exigencias concretas de los manifestan­tes, no habrá opciones políticas frente a un Gobierno impopular que, por su autoritari­smo y ferocidad, irremisibl­emente se desgasta y autoexting­ue en un país que se merece los mejores derroteros.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras