“América primero” con guerras
Cada día su incompetencia, su ignorancia y su miserable ego levantan más realidades sobre su incapacidad de gobernar y sus tendencias destructivas. Tendencias que no solamente afectan su país sino al mundo entero. Su odio destilado está llevando a Estados Unidos al borde de una guerra civil y los escándalos rodeando su gestión siguen en escala. Arrinconado y desesperado para salvarse del escarnio público, Trump podría buscar una distracción que apuntaría el ojo del mundo en otro lugar, lejos de su aura anaranjada. Esa distracción podría ser una guerra ya anunciada. Guerra nuclear con Corea del Norte. Guerra Fría II con Rusia. Guerra indefinida en Afganistán. Guerra económica contra Venezuela. Guerra de palabras con Irán. Guerra de muros con México. Guerra racial y social en Estados Unidos. Para ser el presidente que prometió la “no intervención” y “América primero”, en apenas ocho meses Donald Trump se ha convertido en el rey de las guerras. Y hay todo un sector de militares estadounidenses y empresas multimillonarias que están salivando y están más que preparados con la prospectiva de ampliar y expandir el poderío militar estadounidense. Tal vez a algunos de los que lean estas líneas les parezca normal que militares distinguidos ocupen altos cargos de defensa y seguridad del gabinete presidencial. Pero en Estados Unidos no es nada común. De hecho, para asegurar el control civil sobre las Fuerzas Armadas estadounidenses no está permitido que un militar ocupe el cargo de secretario de Defensa hasta por lo menos siete años después de su retiro oficial del servicio militar. Y desde luego está el tema de Venezuela. Trump no solo impuso “fuertes” sanciones económicas contra el país suramericano con la intención de imposibilitar su acceso a dólares, dificultar aún más su situación financiera y sembrar descontento e inestabilidad social en el país, sino que también amenazó con una intervención militar.