Rectificación honrosa
Bien dice el dicho popular: “Errar es de humanos y rectificar es de sabios”. Y el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, ha hecho una rectificación histórica y honrosa al anunciar que esta semana se procederá a la derogación definitiva del polémico artículo 335-B que violenta la libertad de expresión, uno de los fundamentos de nuestra democracia. Esta reforma aprobada por el Congreso Nacional a principios de 2017 criminaliza la labor de los periodistas y los medios de comunicación a través de la figura de la apología del terrorismo y establece penas de cárcel de cuatro a ocho años para los periodistas que divulguen cualquier información o noticia que un fiscal o juez valorara subjetivamente como una apología a actos de terrorismo, por ejemplo, la publicación en primera plana de la quema de un bus, un negocio o edificio público por parte de pandilleros o manifestantes. La polémica ley es tan amplia que puede aplicarse a cualquier persona que utilizando las redes sociales o cualquier medio de divulgación publique cualquier información o comentario que sea considerado una incitación a cometer un acto de terrorismo. Sin embargo, los más perjudicados son los periodistas y los medios de comunicación. Después de una permanente lucha del Colegio de Perio- distas de Honduras para que se derogase esa arbitraria iniciativa, el presidente del Legislativo anunció, en la celebración del Día del Periodista, que el 335-B queda abolido en el nuevo Código Penal; pero mientras este entra en vigor, dentro de los próximos seis, se aprobará una contrarreforma para también eliminarlo del vigente Código Penal y quitar esa espada de Damocles que pendía sobre la cabeza de los periodistas. Enhorabuena, porque esto manda un claro mensaje de respeto a los derechos humanos y a la vilipendiada Constitución de la República.
“LA DEROGACIÓN DEL 335-B QUITA LA ESPADA DE DAMOCLES SOBRE LA CABEZA DE LOS PERIODISTAS”