Mal paga el diablo...
“enalocada carreraintentan Proteger fortunasy Ponerseasalvo delosojosde Washington”
Así suele resumirla sabiduría popular la situación aquella, entre otras, de aparente in gratitud que convierte al otrora amigo o aliado en sospechoso e incómodo apestado. Yesoesloquedeben sentir todos aquellos personajes contaminados por el virus de la corrupción, queensumomento fueron o proclamaron ser entusiastas y serviles aliados de las políticas intervencionistas de Washington enCentroamérica. El anuncio de una inminente investigación para hacer un inventario, algo así como lag ale ríabor ge si a na delainfamia, detodosaquellos políticos y funcionarios corruptos que habitan y pululan en los pasillos oficiales de los tres países del llamado Triángulo del Norte, esdecirGuatemala, ElSalvadory Honduras, ha genera do una ola de temor, casi de pánico en algunos casos, entre las élites políticas y empresariales de los tres países mencionados. Yaseimaginanlos posibles candidatos a figuraren tan temible galería, las consecuencias indeseables de semejante “honor”. Pérdidadevisas, para empezar, lo que para muchos casi equivale a perder la propia identidad y la razón de su existencia; luego vendrán las sanciones más drásticas y contundentes, desde las de carácter simplemente patrimonial hasta aquellas que su pongan la temible ex tradición cuando proceda. La decisión ha sido adoptada por el Congreso de los Estados Unidos, en respuesta ala propuesta hecha por una destacada legisladora de origenhispano. Elrazonamientoes simple: si la migración es con si de- rada por la nueva Administración Trump como una amenaza ala seguridad nacional de los Estados Unidos, se hace necesario buscar los orígenes y características de semejante“amenaza ”. La lógica elemental indica que tales orígenes están fuera del territorio norteamericano, más concreta mente en aquellospaíses, losdelTriángulo Norteporejemplo, endondenacen y se reproduce no transitan los grandes flujos migratorios de personas que buscan mejores condiciones de vida en Norteamérica. Y ¿porqué no encuentran tales condiciones y oportunidades de una vida mejor en sus propios países, a loscuales, razonaWashington, se les ha proporciona do en el pasado y se les otorga en el presente ayuda millonaria de todo tipo, desde puramente humanitaria hasta militar yfinanciera…? Larespuestaesuna solaydemoledora: larazónhayque buscarla en la corrupción reinante, que le permite a los dirigentes locales, en un clima de grosera impunidad, apropiarse de buena parte deesaayuday, porartedemagia mercantil, convertir los dineros públicos en fondos privados. Por lo tanto, el mal hay que comenzar a combatir lo ahí mismo en donde se origina, es decir entre los políticos y funcionarios corruptos que desvían los recursos nacionales para engrosar sus propias fortunas, impidiendo así el desarrollo real y la creación de mejores condiciones de vida y bienestar para sus propios ciudadanos. Osea, enpocaspalabras, hayque combatirla corrupción en los países generador es de migración para reducir el crecimiento amenazan te de la misma y disminuir el riesgo y las amenaza sala seguridad nacional de los Estados Unidos. Para lograr ese objetivo hay que comenzar por identificar a esos políticos y funcionarios corruptos, incluir sus nombres y demás datos en una especie de listado infernal de la infamia, y así proceder a aplicar les la ley y sacarlos de la circulación pública. Ya existe un precedente regional muy aleccionador: en Nicaragua le aplica ron la llamada leyanticorrupciónMagnitskyal señor RobertoRi vas, todopoderoso e intocable hasta entonces presidente del Consejo Supremo Electoral de ese país. El Gobierno se vio obligado a retirarlo del cargo y refugiar lo en otro rincón burocrático de menor visibilidad pero de parecida impunidad. La aprobación de la propuesta y el mandato legislativo para que las diferentes agencias del gobierno norteamericano procedan aejecutarla, hacreadotemory confusión en los círculos políticos de la región. No son pocos los funcionarios, diputados y dirigentes de los paridos políticos que han empezado aponer sus barba sen remo jo. Eso explica esa alocada carrera por modificar apresurada mente ley ese instituciones, en un afán delirante por blindar sus posiciones, proteger sus fortunas y poner sea salvo de los ojos de Washington. Es como si el barco se les hundiera y las ratas empezaran aabandonarlo. No son pocos los que tendrán en mente, enestahorafatal, elviejo proverbio aquel que advierte cuán mal suele pagar el diablo a quienes mejor le han servido…