Fuego en la casa
Aun que nunca hayamos vivido la experiencia de que un incendio se desate en la casa de al lado, basta con imaginárnoslo para darnos cuenta del peligro que correríamos y de las precaucionesque, seguro, tomaríamospara evitar que el fuego se propagase ala nuestra. La situación que, desde hace más de un mes, están viviendo nuestros hermanos nicaragüenses debe servir nos también para llamarnos ala reflexión y para que cada hondureño, en su ámbito de competencia, se preocupe por comportarse de tal modo que lo que allá está sucediendo no suceda nunca aquí, aunque haya incendiarios domésticosque, desdehacetiempo, quieranponerle fuego al país. La mayoría d el oshondureñ os, hemos dado muestras, des obra, que no estamos de acuerdo con la violencia y que preferimos el diálogo alas balas y un mal arreglo aun perjudicial pleito; reconocemos que, como sucede en todas las guerras, las victorias gana das con sangre son siemprepír ricas y nunca han val ido la vida de unasolapersona. Por lo anterior, tanto el Gobierno como cada uno de los ciudadanos, debemos esforzarnos para potenciar el diálogo y así lograr ceder en lo que haga falta, de ponerlos intereses particular es y colocar, por encima de todo, la paz social para que, desde ella, trabajemos por una sociedad más equitativa y auténtica mente democrática. Es claro que lo que ha pasado en Nicaragua no surgió de un día para otro. El estallido social ha sido posible gracias a una presión acumulada que, finalmente, encontró una vía de escape que ha resultado dramática y ya ha costado varias docenas de muertos. Yes que aunque los jóvenes universitarios de esa nación hermana no vivieron la oprobiosa dictadura somo cista sí la han estudiado como parte de su historia y visto en ella la negación de sus libertades y la conculca ción de sus derechos, porloque, ante la posibilidad de la instauración de una nueva dictadura, esta vez de izquierda, han optado porno sentarse a esperar que eso sucediera y han dado la batalla en contra desuspromotores. En Honduras la situación no es la misma, aunque hay gente interesada en que así lo parezca. De todas formas, para con jurar toda posible manipulación de las condiciones y de pequeños grupos violentos que tanto daño han causa doy podrían causar de nuevo, hay que arrebatar les sus banderas de lucha y hacer desuca usa una sin sentido. Así que, insistimos, debemos todos apoyar el pre diálogo y el consecuente diálogo. Así podremos entender nos y evitaremos que el fuego dela casa vecina senos venga encima.