Diario La Prensa

Como héroe reciben al cuarto bombero fallecido

Hoy será su sepelio en el municipio de Concordia, en Olancho, donde se le otorgará el ascenso póstumo

- Xiomara Orellana xiomara.orellana@laprensa.hn

TEGUCIGALP­A. Las lágrimas rodaron y el silencio inundó la pista de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) cuando de un avión de carga fue bajado el féretro que contenía los restos del segundo bombero fallecido en México: Frank Obilson Santos (31). El apagafuego­s se convirtió en la cuarta víctima del incendio en el sector La Montañita. Aunque luchó por mantenerse con vida, las quemaduras fueron demasiado graves para que ganara la batalla. Tras un mes de someterse a tratamient­os, su organismo se complicó y pese a los esfuerzos de los especialis­tas mexicanos falleció el pasado 25 de mayo en el Centro Nacional de Investigac­ión y Atención de Quemados (Ceniaq). Jaime Omar Silva, comandante de los Bomberos a nivel nacional, dirigió una ceremonia especial en la que destacó el trabajo de Santos, quien siempre se caracteriz­ó por su entrega, su don de servicio y disciplina. “Es lamentable despedir a un hombre ejemplar, que en su trayectori­a sembró el bien y se entregó por entero a la misión de servir. Para él solo tenemos palabras de admiración, agradecimi­ento y respeto. La institució­n ha perdido a cuatro bomberos ejemplares”, expresó.

Dolor. Desde un costado de la

pista, la familia de Frank Obilson Santos observó la caída del avión donde venía su pariente. Era imposible no llorar, era difícil asimilar que aquel joven lleno de sueños y quien siempre fue la alegría de la familia no estuviera más. “Es duro este momento, hoy será su sepelio, Frank deja a un niño de seis años. Teníamos 11 de estar juntos y de él solo guardo buenos recuerdos ”, dijo Iris Yaneth de Santos, esposa del bombero. Tras bajar de la aeronave, el féretro fue colocado en una unidad bomberil y, tal como lo establece el protocolo, recorrió la pista, donde dos unidades lanzaron los chorros de agua como homenaje para el cabo póstumo que murió en el cumplimien­to del deber. Al llegar al área que se preparó para una ceremonia, los cadetes de los Bomberos con la solemnidad debida le hicieron el saludo y bajaron el féretro. En eselugar, suesposaeh­ijo, como el resto de la familia y sus compañeros, rodearon el féretro y lloraban. Tras dirigir unas palabras, el cortejo fúnebre partió rumbo al Cuartel General de Bomberos. El ulular de las sirenas se escuchó en la zona, el desfiles de los c ar rosbomberi les rendía honor al héroe caído. Al llegar a

la que fue su estación se celebró una ceremonia religiosa. Fueron apenas dos horas las que estuvo en la estación, de donde partió el 25 de abril para cumplir la última misión de su vida. Para Frank Obilson solo hubo frases que describían el gran serhumanoq­uefue, anécdotas, historias que son parte de los buenos recuerdos que guardan los compañeros que con él compartier­on la vocación de servir. Hoy lo despedirán con honores. El cabo Santos fue un joven que un día dejó su natal Concordia para superarse. Tenía muchos planes, deseaba crecer en la institució­n que tanto amó. Del grupo de cinco valientes sobrevive Ever Velásquez, quien en México lucha por su vida.Frank ahora se une en el cielo con Josúe Vargas, Felipe Varela y Óscar Madrid, las otras víctimas del incendio de La Montañita.

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