Oportunidades
Honduras tiene una población que ya supera los ocho millones de habitantes, de los cuales unas 600,000 en Tegucigalpa y 350,000 en San Pedro Sula son económicamente activas y poseen un empleo, el resto de la fuerza laboral, unos 864,394.00, sobreviven en otras partes del país mediante el comercio, sub empleo y en las empresas estatales, lo que representa un grave nivel de desempleo en la nación. Según el último censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, en Honduras hay 3,628,788.00 millones de personas que están económicamente activas, de las cuales solamente el 49% poseen un empleo formal, es decir 1,814,394.00. Aunque los esfuerzos de los últimos gobiernos han aumentado para reducir este problema social con medidas como el empleo por hora e iniciativas de trabajo temporal como Con “Chamba Vivís Mejor”, apenas se han reducido las cifras. La crisis se ve agravada por el éxodo rural de los campesinos hacia las ciudades, que al no contar con una educación superior o especializada en los campos que demanda la industria solo llegan a ocupar un espacio en la gran urbe, y a unirse en la mayoría de casos a la población de los bordos. Como este ya es un problema de varias décadas, los hijos de estas personas de escasos recursos, lejos de las oportunidades, se ven en la necesidad de abandonar los estudios públicos para abordar la mendicidad agobiados por el hambre y los deseos de satisfacer sus necesidades básicas, y en gran parte son atrapados por el crimen común y las pandillas organizadas que conforman sus filas con adolescentes de hasta 12 años. De igual forma, un título universitario no es garantía de trabajo. La solución a largo plazo para esta crisis es la educación en todas las áreas, educación sexual para las familias de escasos recursos, inversión y capacitación en el área agroindustrial para que la gente no migre, educación para los niños y jóvenes y hasta para nuestros gobernantes. Solo así Honduras podrá encaminarse a un mejor futuro. REINA GALEAS