El fracaso
El 5 de junio, la canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa Garcés, fue electa presidenta de la Asamblea General de la ONU. Cuando tome posesión del cargo en septiembre, será la cuarta mujer en presidirla y la primera por América Latina. Espinosa se impuso por 128 votos frente a su contendiente, la embajadora de Honduras en la ONU, Mary Elizabeth Flores, quien obtuvo 62 votos. La presidencia de la Asamblea General corresponde este año, por turno, a la región América Latina y el Caribe. A diferencia de otras ocasiones, Latinoamérica llegó sin una propuesta de consenso. Honduras, estuvo años buscando su candidatura, en tanto Ecuador, se presentó el pasado 21 de febrero como alternativa, así considerado para Venezuela y los No Alineados. De acuerdo a Espinosa: “nunca hubo un papel escrito donde se mostrara que el Ecuador aceptó un intercambio que nunca aceptó”. Honduras no ha ocupado la presidencia de la Asamblea General de la ONU, mientras Ecuador ocupó el cargo entre 1973 y 1974. Además de la preferencia de los países por determinada aspirante, en la elección entraron en juego alianzas internacionales, intereses geopolíticos y cuestiones específicas de la agenda multilateral. El Gobierno de Honduras apoyó el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos, que fue condenada por una resolución de la Asamblea General de la ONU, y contundentemente por los países árabes. La falta de una política exterior, no contar con un servicio exterior profesional, no anteponer los objetivos nacionales y la ausencia de posiciones sobre los problemas internacionales, sumado a actuaciones que irrespetan la dignidad como Estado, darán como resultado el fracaso.
Máster en Relaciones Internacionales y en Estudios Asiáticos