Solidaridad y egoísmo

Me gustaría pensar que Nicolás Maquiavelo se equivocaba al decir que el hombre por naturaleza es perverso y egoísta; que solo se preocupa por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás. Lo confrontaría y le diría que por sobre eso, está en nosotros ser solidarios, pero cómo evidenciarlo con la sociedad hondureña, cuando no nos importa pasar por encima de los demás ni siquiera por nosotros mismos, sino por un partido de Fútbol. La cultura hondureña se ha vuelto despiadada, estamos tan acostumbrados a las masacres y matanzas que las leemos del mismo modo que ojeamos una sección de sociales, buscamos en los canales de noticias a ver quién tiene “la mejor imagen” del muerto. Nos burlamos de la vida privada de los demás en las redes sociales, la compartimos sin piedad y sin pensar qué está sintiendo esta persona; Si no me afecta no me preocupo, si no soy yo no me importa porque hasta que una situación nos afecta directamente es que actuamos. Es por eso que cuando alguien tiene una actitud de altruismo la admiramos y nos parece increíble, porque creemos que quedan pocas personas así, se nos olvida que también nosotros podemos ser benévolos no para ser los héroes, no para ser admirados, ni ser famosos en las redes o los medios, sino porque la compasión es también un elemento del ser humano, porque al venir al mundo nacemos vacíos, y es nuestro entorno y circunstancias los que moldean nuestro carácter, personalidad y valores. Desafortunadamente, Maquiavelo tenía razón, pero él no predestinó nuestro futuro, está en nosotros aferrarnos a los valores y tratar de tener armonía unos con otros, amarnos, ayudarnos no creo que sea imposible intentarlo, lo bueno siempre prevalece, así como decía el fallecido cantautor y poeta Facundo Cabral en su testamento: “El bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimentan la vida”.