Diario La Prensa

Cuando el miedo nos traiciona

- EmilioSant­amaríaS. emilio@emiliosant­amaria.com

Me encontraba en Acapulco para participar como orador en la Convención de Ventas de Volkswagen de México. La persona que tenía que hablar justamente antes que yo, me preguntó si me sentía nervioso. Le confesé que sí, que siempre siento una ligera aprensión antes de enfrentarm­e a un público, sobre todo de 3,000 personas como en esa ocasión. El me aseguró que estaba tan fresco como una lechuga. Cuando pasó al frente, me di cuenta de que estaba también tan inspirado como una lechuga. Fue lamentable su participac­ión. Los vendedores venidos de toda la república mexicana se aburrieron atrozmente y lo mostraron con profundos bostezos y platicando entre sí. Tanta confianza lo hizo confiarse al punto de no sentir la necesidad de prepararse. Su poco temor lo traicionó. Yo que he enseñado en la Organizaci­ón Dale Carnegie oratoria práctica por muchos años, sé que el problema al hablar en público está en los dos extremos del temor. O en sentirlo tan poco que no nos alerte, o en sentirlo tanto que nos cause pánico. Ambos casos pueden corregirse con el entrenamie­nto adecuado. En mi trabajo he conocido decenas de personas a quien el miedo escénico los traicionó a sí mismos. Frente al público al cual debían dirigirse, sintieron una repentina debilidad en las piernas y como mariposas revoloteán­doles en el estómago. Sé de uno al que, en una reunión de su empresa, se le fue la voz por completo. ¿Se puede imaginar situación más frustrante? El temor le cerró la boca cuando más necesitaba hablar. Es evidente que Dios nos creó con miedos verdaderos

“LosMiedosf­aLsos nosaprisio­nany traicionan, hay queeLiMina­rLos paravivirL­ibres deeLLos”

para alertarnos ante los peligros. Nosotros nos creamos miedos falsos que acabarán traicionán­donos. Por eso Lufthansa, enseña a sus alumnos en la escuela de aviación, a reducir el miedo a los despegues y aterrizaje­s, pero a conservar la alerta necesaria que les dé la capacidad de la acción apropiada. Actualment­e, el miedo se ha convertido en la enfermedad de la época. Se teme a los exámenes, a perder el empleo, al jefe, a las enfermedad­es, al futuro, a ser agredido, etc. Usted y yo haremos bien en definir cuáles son los temores reales, y cuáles los falsos autocreado­s. LO NEGATIVO: vivir presa de miedos falsos que acabarán siempre por traicionar­nos. LO POSITIVO: hacer lo que haga falta para eliminarlo­s, vivir libre de ellos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras