Reloj, hora de reconstrucción
Ahora en nuestro país se están conociendo los diferentes actos de corrupción cometidos en varias administraciones públicas gracias a las investigaciones realizadas por la prensa escrita, las instituciones creadas para tal fin y una nueva actitud sobre el tema tanto del Ministerio Publico como en el Poder Judicial y la intervención de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras. Es importante que se actúe y analice este fenómeno con suficiente discernimiento, es decir, con criterio o la suficiente capacidad de distinguir los elementos que están implicados en una cuestión, que se relacionan entre sí, pues en todas las administraciones han existido actos de corrupción, tanto del Partido Nacional como Liberal (incluyendo las administraciones de José Manuel Zelaya y Roberto Micheletti), y vemos ahora cómo la misma corruptela afecta a los unos con los otros y cómo este vicio en uno de ellos incide en el conjunto de los partidos políticos tradicionales y recién creados. Son tremendos actos que han convertido a la administración pública y la actividad política en una descomposición, putrefacción, podredumbre, peste que ya colmó la paciencia no solo de los hondureños, sino también de organismos internacionales, que no solo están saneando del mal de la corrupción a nuestra sociedad, sino que también a América Latina, en la que sin importar que sus Gobiernos sean de izquierda o derecha sus gobernantes han actuado con deshonestidad, soborno, cohecho y compra de operadores de justicia para vivir en completa impunidad. El reloj de nuestra historia política marca un nuevo comienzo para la reconstrucción de la administración pública y también para los partidos políticos, en los que se han establecido mafias que llegan al poder con la finalidad de enriquecerse a cualquier costo, ya lo vimos en el caso de Seguro Social, en el cual se desnaturalizó una institución noble creada para dar seguridad social a sus afiliados.