México, donde ser candidato es prácticamente una “sentencia de muerte”
Ser candidato en México “prácticamente es una sentencia de muerte”, dice casi susurrando Mario Alberto Chávez, aspirante a la alcaldía de Zumpango, en el violento estado de Guerrero. Este sobrevivientedeunatentadohace“campaña conmiedo” porquenotieneescoltasa pesar de haberlas solicitado. “Iba a renunciar a la campaña, pero decidí que vale la pena seguir para sacar a mi comunidad de la pobreza y la inseguridad”, explica Chávez. El 18 de abril, el candidato cenaba en un restaurante de Zumpango cuando un hombre armado irrumpió y sin mediar palabra abrió fuego contra su mesa dejando heridos a tres de sus colaboradores. “Decidimos no hacer mítines, hacer campaña de casa en casa”, confiesaelabanderadodeNueva Alianza, de35añosypadredeunniño.
Cientos de candidatos renunciaron. La violencia electoral se ha sumado a la angustia de los mexicanos que cerraronel2017conlacifrarécordde25,339 asesinatos. Másde200,000personashansidoasesinadas y otras 30,000 están desaparecidasdesdequeen2006elgobierno militarizó el combate al narcotráfico. Desdequeseinicióelprocesoelectoral en septiembre pasado -que concluirá el 1 de julio con la elección del presidenteyotros18,000puestos- almenos 121políticosycandidatoshansidoasesinados, de acuerdo con la consultora Etellekt. EnGuerrero, 496candidatos renunciaron y solo 56 de esas candidaturasfueronsustituidas, deacuerdo con la autoridad electoral regional. “México lamentablemente es un país queviveunacrisisdeseguridaddesde hace10añosyhoyestamosrealizando laelecciónmásgrandedenuestrahistoria”, comentó a la AFP el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova. “¿El contexto de violencia en el país irrumpeenlapolítica? Larespuestaes síyesgrave”, atajóCórdova, queseñala directamente a las fuerzas de seguridadcomoresponsablesdelasangrede políticos que corre por lo menos una vez a la semana. En algunos casos los motivos parecen estar claros. El 8 de junio Fernando Purón, un exalcalde de Coahuila, fronterizo con EstadosUnidos, aspiranteaunadiputaciónfederal, fueasesinadoalsalirde undebateenelquerecordósucombate contra el cártel Los Zetas. Enotroscasossurgenmásdudas, como eneldePamelaTerán, candidataaconcejaldelaalcaldíadeJuchitán, Oaxaca, asesinada el 2 de junio. Ella es hija de JuanTerán, encarceladoyacusado de ser el capo de un cártel regional.
Campañas con miedo. El gobierno ha dicho que la semana pasada recibió 49 solicitudes de escoltas a nivel federal, pero solo han sido otorgadas 12, cinco fueron rechazadas y 32 siguen pendientes. Varios candidatos consultados por la AFP reconocieron hacer su campaña con miedo, y algunos de ellos han decidotomarlaseguridadensusmanos. Es el caso de Nestora Salgado, la controvertida abanderada al Senado de Guerrero por el izquierdista partido Morena, cuyo candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador es puntero. “Hacemos responsable al gobierno de lo que nos siga pasando”, enjareta Salgado. Armados con viejas escopetas y rifles de bajo calibre, medio centenar depolicíascomunitarioslarodeandurante su marcha proselitista en el selvático municipio de San Luis Acatlán. “Si no nos están dando seguridad es porquenolesconvendría(algobierno) que yo llegara al Senado porque llevo la voz del pueblo”, comenta a la AFP Salgado, que ha recibido llamadas de amenazas e incluso ha encontrado cabezas de perros afuera de su casa. Durante la marcha, estos combatientes voluntarios, jóvenes y viejos que tienen formación como agricultores, albañiles, carpinteros, se desplazan con rapidez por las calles empinadas para cubrir todos los flancos. En su natal Olinalá, Nestora fundó y lideró la policía comunitaria para enfrentar a carteles de drogas, coludidos en ocasiones con autoridades, hasta que en 2013 fue acusada y encarcelada por secuestro y liberada casi tres años después por falta de pruebas. En el otro extremo de la historia está el empresario Joaquín Badillo, candidato a la alcaldía de Acapulco por una coalición hecha por el Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) y Acción Nacional (PAN, derecha). Acapulco es una de las ciudades más peligrosas de México, pero “Jako” Badillo no pidió escoltas al gobierno; es dueño de una empresa de seguridad compuesta por unos 3.000 escoltas y bancos de armas de alto calibre. Badillo, un exseleccionado de natación de 40 años, sale de su casa enclavada en un cerro con una vista espectacular de la Bahía de Acapulco, rodeado de una decena de exmilitares o expolicías que son sus guardaespaldas. Las armas que portan las escoltas de “Jako” no son visibles, pero su actitud de feroces vigilantes se percibe a cuadras de distancia y en sus camionetas blindadas no faltan las armas largas. “Elmiedonoandaenburroyunotoma sus precauciones”, dice Badillo.
El candidato a alcalde Omar Gómez Lucatero fue asesinado el pasado miércoles. Es el político 121 asesinado de cara a las elecciones