Diario La Prensa

Cuatro pasajeros, la única conquista

-

Des de que en los lejanos setentas el precio del petróleo comenzó a elevarse, el reclamo de los dirigentes de los distintos rubros del transporte ha sido el mismo: hay que acomodarla­s tarifas a la nueva realidad, hay que subir el precio de fletes y pasajes. A lo largo de los años, luego de un breve, o prolongado, es tira yen coge, se ha autorizado un incremento alas tarifas o se ha ofrecido un bono compensato­rio para evitar su puestas pérdidas. Es evidente que ni las entidades sin fines de lucro operan con pérdidas, y que todo negocio aspira a obtener un beneficio. El motor del sistema capitalist­a es, justamente, el afán de lucro. Yeso es válido, lícito y legítimo. Otras formas de organizaci­ón económica han fracasado porque a nadie le interesa hacer un esfuerzo sino ha de ver sus frutos en la mejoría de su nivel de vida. El colectivis­mo está destinado a fracasar por eso. Y los señores dueños de rastras, bus eso taxis han arriesgado un capital o se han endeudado con un banco para obtener ganancias y poder así ofrecer mejores condicione­s de vida a los suyos. El transporte es una necesidad básica, como la educación o la salud. Esta realidad ha llevado a algunos estados a hacerse cargo del asunto y de crear empresas públicas dedicada sal rubro. Así: son estatales casi todos los trenes en Europa, los sistemas de metro de las grandes ciudad ese, incluso, líneas de autobuses urbanos. En los países en vías de desarrollo, el manejo del tras porte por parte del Estado ha presentado las mismas deficienci­as que sedan en saludo educación y ha sido protagonis­ta de grandes escándalos por corrupción. Por lo mismo, cuando en Honduras, se ha mencionado la posibilida­d de nacionaliz­ar el sistema de trasporte, ala ciudadanía le suena a locura y prefiere ignorar semejante extremo. Sin embargo, lo que más ha molestado al oshondureñ os cuandos eh a autorizado un incremento a los pasajes es que, durante las negociacio­nes, los empresario­s del tras porte urbano, el servicio talvez más sensible, se han comprometi­do a mejorar la higiene y la seguridad en las unidades, capacitara conductore­s y ayudantes, y, en general, ofrecer un servicio digno a los usuarios. Todos recordamos las ocasiones en los que se han puesto uniforme a los conductor eso se ha intentado que los niveles de ruido dentro de los buses tengan un límite. Con el paso de los días el uniforme desaparece y la música ensordeced­ora vuelve a los parlantes. La única“conquista” que han conservado los usuarios de taxi, por ejemplo, es la de que se permitan solo cuatro pasajeros por automóvil. Con todo y lo complicado dela situación económica de los ciudadanos de a pie, no habría mayor resistenci­a si se diera un incremento tari fario si el servicio mejorar a. Denos era sí, no será más que nuevo golpea los empobrecid­os bolsillos de los usuarios.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras