Deportados sin sus hijos
El Gobierno de El Salvador se ha pronunciado en contra de la política migratoria cero tolerancia, que separa a niños de sus padres en la frontera sur de EEUU, pero se ha dormido en los laureles y todavía no ha dado un paso al frente en la búsqueda de una solución al problema. La avanzadilla la hará la canciller en funciones, Liduvina Magarín, quien viajará a Estados Unidos para visitar fugazmente uno de los albergues en la frontera sur, donde se encuentra un grupo de niños salvadoreños que fueron separados de sus padres, quienes buscaban cruzar “al otro lado” para darles un mejor futuro. A pesar de que el Gobierno salvadoreño, a través de la Cancillería, ha rechazado las medidas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump, en especial del plan cero tolerancia, se ha pensado mucho realizar la visita a los más de 100 menores que sufren de primera mano las consecuencias de cruzar ilegalmente a Estados Unidos. Mientras El Salvador tiene re- uniones internas poco fructíferas hasta el momento, la primera dama de EEUU, Melania Trump, visitó la frontera sur y confió en que se reunifique “rápido” a las familias de inmigrantes que han sido separadas, afirmación poco creíble para los salvadoreños afectados. El Gobierno salvadoreño ni siquiera ha dado datos precisos sobre el número de menores que se encuentran en esa precaria situación ni de las gestiones realizadas. La canciller en funciones indicó que hasta este momento tienen “conocimiento” de que en diferentes albergues de EEUU hay 104 niños salvadoreños, 81 de estos con edades de entre 0 y 11 años y el resto de 13 a 17 años, separados de sus padres, pero no es más que un dato aproximado. Autoridades de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) revelaron que el Gobierno de EEUU deportó a dos salvadoreños y sus hijos menores de edad se quedaron detenidos en suelo estadounidense por la política de tolerancia cero.