Último adiós al equipo de diario “El Comercio”
Los tres empleados del periódico ecuatoriano, asesinados en Colombia, fueron sepultados ayer en el mismo panteón
QUITO. Familiares y amigos sepultaron ayer los restos de los tres miembros del equipo periodístico del diario El Comercio de Ecuador, cuyo asesinato en cautiverio perpetrado por rebeldes disidentes de las Farc en Colombia consternó al país. El periodista Javier Ortega (32), el fotógrafo Paúl Rivas ( 45) y el conductor Efraín Segarra ( 60) fueron enterrados juntos en un panteón del norte de Quito, tras varios homenajes que les rindieron amigos y colegas luego de que sus cuerpos fueron repatriados desde Colombia el miércoles. Por Paúl, Javier y Efraín “¡nadie se cansa!”, gritaban familiares y amigos de los trabajadores del diario El Comercio luego de la última misa de cuerpo presente que ofrecieron en su honor. Alrededor de los ataúdes, fotógrafos con sus cámaras en alto disparaban ráfagas con sus flashes. Los cuerpos de los tres ecuatorianos fueron recuperados, tres meses después de su se- cuestro, de una fosa común en medio de la selva colombiana y rodeada de minas. Su identidad fue confirmada plenamente este lunes en la ciudad de Cali. Aunque aún no ha sida establecida la fecha exacta del crimen, el gobierno ecuatoriano anunció la muerte del equipo de prensa el 13 de abril, tras la difusión de unas fotografías que mostraban a las víctimas encadenadas y ejecutadas. El hallazgo de los cuerpos puso fin a meses de zozobra, en los que familiares y periodistas salieron a las calles para pedir justicia, en medio de quejas por la información contradictoria que ofrecieron los gobiernos de Ecuador y Colombia desde el secuestro ocurrido el 26 de marzo. El equipo periodístico fue capturado por un grupo que dirige el ecuatoriano Walther Arizala, exguerrillero de las Farc conocido con el alias de Guacho, cuando realizaban un reportaje en la frontera con Colombia. Los captores pretendían la excarcelación de allegados a Arizala presos en Ecuador, a cambio de la liberación de los rehenes. Según los disidentes, la negociación se frustró por los operativos militares.
Los rebeldes disidentes operan en apartados puntos de Colombia donde disputan las rentas del narcotráfico y de la minería ilegal.