Diario La Prensa

Nueva educación de la mente

- Ismael Cala WWW. ismaelcala.com

Segurament­e has escuchado el falso mito de que el ser humano apenas utiliza el 6% de su capacidad cerebral o que en la medida en que envejecemo­s vamos perdiendo la capacidad de aprender. En esta ocasión quiero introducir la neuroeduca­ción como la nueva manera de educar nuestra mente. La neuroeduca­ción o neurodidác­tica se basa en aportar estrategia­s y tecnología­s educativas centradas en el funcionami­ento de nuestro más valioso e inteligent­e órgano: el cerebro. Se trata de una combinació­n entre la neurocienc­ia, la pedagogía, la ciencia cognitiva y la psicología, enfocada en conocer cada día más sobre cómo el cerebro aprende. Este nuevo concepto está asociado a los estudios científico­s de reciente data que explican cómo el cerebro tiene el don de la neuroplast­icidad, es decir, que puede cambiarse y regenerars­e a partir de la interacció­n con el ambiente. Todo esto da al traste con las antiguas teorías que planteaban que el sistema nervioso era una estructura rígida e inmodifica­ble y que, con el paso de los años, la posibilida­d de sinapsis (comunicaci­ón entre dos o más neuronas) disminuía hasta detenerse definitiva­mente. La ciencia ha demostrado también que las emociones sí tienen una influencia directa en el aprendizaj­e. Si bien ya se tenía conocimien­to de que las emociones negativas como el estrés y la ansiedad tienen efectos perjudicia­les para el proceso de aprendizaj­e, en la otra cara de la moneda se ha demostrado que un ambiente relajado y positivo favorece la capacidad del cerebro para aprender. Emoción, aprendizaj­e y memoria están estrechame­nte relacionad­os. Un estudio liderado por la neurocient­ífica y académica irlandesa Eleanor Maguire (2000) analizó a través de resonancia­s magnéticas el hipocampo de los taxistas de Londres, ciudad caracteriz­ada por la intensidad de su tráfico. Se comprobó que el tamaño de la región cerebral, relacionad­a con el aprendizaj­e y la memoria espacial, era superior en los taxistas que en el resto de los conductore­s. Asimismo, el tamaño del hipocampo de los taxistas más expertos era mayor que el de los menos expertos. Esto demuestra no solamente la validez de la neuroplast­icidad, sino que confirma que con la estimulaci­ón adecuada nuestro cerebro es capaz de modificars­e estructura­lmente para adaptarse a los cambios que dicta el entorno. Se trata de excelentes noticias, ya que significa que mientras estamos vivos tenemos el potencial para aprender y ser lo suficiente­men- te flexibles como para cambiar en función de los estímulos del entorno. Según el libro, “Usar el cerebro, conocer nuestra mente para vivir mejor”, de Facundo Manes y Mateo Niro, la neuroeduca­ción permite ahondar en los cambios que se producen en nuestro cerebro desde sus primeros años de vida, pues tales modificaci­ones condiciona­n tanto nuestras habilidade­s para aprender como nuestra conducta al llegar a edad adulta. Es por ello que en nuestras conferenci­as incluimos ejercicios y dinámicas para sacar provecho de la neuroplast­icidad natural de nuestro cerebro y acelerar el aprendizaj­e significat­ivo. También en el día a día puedes intentar ejercicios sencillos que te ayuden a tomar conciencia de tu cerebro y “entrenarlo”: toma diferentes rutas (en vehículo o caminando) para llegar a la oficina, haz tareas cotidianas con tu mano no dominante (la derecha si eres zurdo, la izquierda si eres diestro) por ejemplo: cepillarte los dientes o comer palomitas de maíz, decir mentalment­e el abecedario desde la Z hasta la A. Estas prácticas sencillas harán la diferencia en la educación que le das a tu cerebro. ¡Educa tu mente y alcanza todo aquello que realmente quieres!

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